­Mariona Marí y su marido tienen dos pisos en alquiler en Palma. El primero lo heredaron de los padres de él. El segundo lo compraron cuando vieron el buen negocio que era el primero. Sin trabajo ella y parado él, los pisos son hoy su única renta estable, entre 10.000 y 15.000 euros al año que les mantienen a flote. Salvo que el Govern Bauzá lo impida: desde hace un año, en Balears está prohibido alquilar para uso vacacional pisos como los de Mariona y su marido, es decir, apartamentos ubicados en edificios residenciales.

Aunque ellos, como casi todos los propietarios, alquilan igual. Y dicen que lo van a seguir haciendo, aunque sean conscientes de que se saltan una normativa de Bauzá que les puede costar hasta 60.000 euros de multa. "Los alquilamos por días y por semanas, sí. Los anunciamos como pisos de vacaciones, sí. A veces vamos a recoger a los inquilinos al aeropuerto, también, aunque sabemos que todo eso convierte ahora lo que hacemos en ilegal. Pero en julio y agosto ya lo tenemos reservado. Cada piso rentará 3.000 euros esos meses, más o menos. Con lo que estamos sacando de los pisos sobrevivimos a la crisis, porque yo no trabajaba y ahora no encuentro, y a Jaume [su marido] lo despidieron", cuenta ella, que a sus 53 años no teme el apartamentazo del Govern Bauzá: "Solo lo hacen para favorecer a sus amigos de siempre, los hoteleros, que luego igual le pagan las campañas, como hemos visto en algún caso de esos que han destapado de tiempos de Jaume Matas. Me pueden multar, pero como no tengo otra opción para salir adelante, pues ni lo pienso". Y alquila.

También lo hace Marta Riera, palmesana de 37 años que en verano se muda a casa de sus padres para alquilar su ático del centro de Palma por semanas. "En dos meses consigo casi 4.000 euros, y eso, con el trabajo de media jornada que tengo ahora, son siete meses de sueldo y me permite poder pagar la hipoteca", ilustra, antes de desmontar un mensaje clásico entre los hoteleros: "No es cierto eso de que este tipo de turista no deja dinero. Al contrario. La gente que viene a mi casa suele tener bastante nivel adquisitivo, pero no quieren ir a hoteles en los que se lo den todo sin que vean nada de Mallorca. Prefieren salir a comer y cenar cada día, conocer la ciudad, integrarse en ella. En realidad son el tipo de turista que le interesa a los negocios de esta zona", asegura Marta, vecina de la calle Argenteria, en pleno centro de Ciutat.

A unos metros, John Walters, británico afincado en Palma, cuenta que ya tiene en la isla dos apartamentos propios que alquila en su país de origen. Conoce la campaña contra el alquiler turístico, pero no la entiende. Y saca conclusiones: "¿Cuál es el problema? Esto reparte el negocio turístico. Eso es algo que solo puede molestar a quien se lo quiere quedar todo".

Los precios

500 euros/semana

Una gran fuente de ingresos

Los 500 euros por semana son una cifra orientativa. Dependiendo de la ubicación y tamaño, se alquilan pisos por entre 30 y 160 euros al día