El nerviosismo cundió ayer en Son Real, por un lado, y en el Govern por el otro, al presentarse un fotógrafo de este periódico en la finca pública, que solo pretendía retratar ´el después´ de la caseta con las tarjetas verdes abandonadas, tras haber asegurado el Ejecutivo el domingo de que ésta ya estaba limpia. Los encargados del taller ocupacional, siguiendo órdenes de la conselleria de Medio Ambiente, trataron de impedir que el fotógrafo tomara imágenes de la veintena de jóvenes limpiando el lugar, alegando "cuestiones de intimidad", y se negaron a explicar si eran trabajadores de una empresa privada o del propio Govern. Querían de este modo ocultar la verdadera naturaleza de la mano de obra, que no era otra que alumnos de un curso de formación para desempleados a los que se les obligó a hacer un trabajo que no les corresponde. La Conselleria de Biel Company mintió horas más tarde asegurando a este diario que se trataba de personal del Ibanat.