La Infanta Cristina se desvincula de la gestión de Aizoon, empresa que compartía a partes iguales con su esposo, Iñaki Urdangarin. La hija menor del Rey, que comparece como imputada ante el juez Castro por delitos fiscales y blanqueo de capitales, ha ejercido su derecho a no declarar contra su marido y ha manifestado ante el magistrado que confía plenamente en él.

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El objetivo que perseguía el juez José Castro al imputar a la infanta era, tal y como repitió hasta en 15 ocasiones en su auto, el de brindarle la oportunidad de explicar su papel en Aizoon, ante las sospechas de que esta empresa sirviera para defraudar a Hacienda y lavar el dinero procedente del Instituto Nóos. Por ello, y para que no quedara ninguna cuestión en el tintero, el magistrado le aguardaba con una batería de cuatrocientas preguntas que la infanta ha tardado en contestar algo más de seis horas.

Tranquila y con mucha seguridad, doña Cristina de Borbón y Grecia ha asegurado que nunca tomó parte en la gestión de Aizoon y ha intentado alejar la sombra del delito fiscal, explicando que era una gestoría la que se encargaba de la tributación de la empresa. Ante el juez Castro ha insistido en que se desentendió de todo a lo relativo a la empresa, dejándolo en manos de su marido porque confiaba plenamente en él.

Sí ha reconocido haber hecho compras diversas con la tarjeta de la empresa , tal y como revelan las facturas que obran en poder de Castro y que revelan cargos en las arcas de Aizón relativos a cenas, viajes e incluso la reforma del palacete de Pedralbes. Sin embargo, ha explicado que en ningún momento pensó que podría estar incumpliendo la ley.

La infanta, que se ha acogido al derecho de no declarar contra su marido, ha descrito a Urdangarin como un hombre escrupuloso y correcto en su actividad profesional. Por eso, cuando en diciembre de 2006 el Rey don Juan Carlos aconsejó al duque de Palma abandonar los negocios privados, pensó que se trataba de una cuestión de imagen de la Casa Real. En ningún momento, ha defendido, creyó que su marido estuviera actuando al margen de la ley.

Al hilo de Nóos, ha afirmado en todo momento que jamás participó en la gestión ni en las actividades del Instituto Nóos que fundaron su marido y su exsocio, Diego Torres, a pesar de formar parte de la junta directiva.

A las 18:11 de la tarde, tras casi siete horas de declaración, la infanta Cristina ha abandonado los juzgados tal y como llegó por la mañana: en coche, luciendo una sonrisa serena e imputada