La organización ecologista Oceana calcula que la empresa petrolífera Cairn Energy emitirá entre 518.400 y 645.000 explosiones durante los sondeos sísmicos que prevé realizar entre Valencia y Balears para detectar posibles bolsas de gas y petróleo en esta zona del Mediterráneo.

Esta cifra de cañonazos, que puede resultar letal para cientos de especies que habitan en esta zona, algunas de ellas protegidas y en peligro de extinción, está incluida en las alegaciones presentadas ayer por Oceana al proyecto de búsqueda de petróleo de Cairn Energy, un escrito en el que se detallan tanto los hábitats como las especies que se verán afectadas por estos cañonazos acústicos conocidos como airguns.

Desde Oceana, como ya adelantó a Diario de Mallorca su director de investigación, Ricardo Aguilar, se denuncia que es falso, como intentó hacer creer Cairn Energy en el estudio de impacto ambiental que acompañaba a su propuesta de prospección petrolífera, que el proyecto no afecte a ecosistemas protegidos por la Directiva Hábitats (orden de la Unión Europea adoptada en 1992 que tiene por objeto la conservación, la protección y la mejora de la calidad del medio ambiente). "La presencia de arrecifes en la zona es conocida y allí se ha encontrado la primera agregación de esponjas piedra del Mediterráneo", recalca la organización ecologista en sus alegaciones.

Estos ruidosos sondeos afectarán asimismo a unas 180 especies protegidas del Golfo de Valencia, medio centenar de las cuales están incluidas en la lista roja de la UE para la conservación de la naturaleza, añade Oceana, que pone como ejemplo que estos sondeos sísmicos se realizarán en el pasillo migratorio que usan cetáceos en peligro de extinción como el rorcual común para dirigirse hacia su santuario en Pelagos (área marina protegida de 90.000 kilómetros cuadrados creada por Francia, Italia y Mónaco).

Cairn prevé "bombardear" la zona durante unos 75 días, periodo en el que se emitirán sonidos cada diez segundos con un alcance de hasta treinta kilómetros, especifica Oceana, que añade que el "volumen sónico" de estos sondeos es un millón de veces superior al necesario para causar irreversibles lesiones auditivas en las especies marinas. "Se verán afectados miles de cetáceos y el ruido provocará roturas de conchas, huevos y larvas y se ahuyentarán a muchas especies", precisa.

Oceana alerta además de los daños económicos que pueden causar estas prospecciones ya que la zona acotada es lugar de concentración de larvas y juveniles de atún rojo y está reconocida como hábitat esencial para la merluza, la sardina y la anchoa además de albergar dos de los principales caladeros de gamba roja del Mediterráneo.

La organización ecologista advierte de que si al proyecto de Cairn Energy se suma el que otra compañía petrolífera, Spectrum Geo Limited, prevé realizar entre el norte de Menorca y la costa oriental mallorquina en una primera fase, "veinte millones de hectáreas de esta región mediterránea se convertirán en una trampa que puede ser mortal para miles de organismos marinos".

Y todo esto es solo el paso previo a acciones de más riesgo mediambiental como pueden ser las perforaciones y el transporte de crudo, ya bien sea mediante petroleros o con oleoducto. "Es cuestión de tiempo que se produzcan accidentes y vertidos", augura.