­La prueba pericial del pasado sábado, trascendental para clarificar qué tipo de delitos fiscales se le pueden atribuir a la infanta Cristina, acabó con una bronca entre la letrado de Manos Limpias y el fiscal Pedro Horrach. La tensión de las largas horas de declaración de los tres inspectores de la Agencia Tributaria vinculados al caso Nóos y el inquisitorial tono del interrogatorio al perito de Manos Limpias desembocó, a puerta cerrada, en un cruce de reproches entre las acusaciones.

La imputación de la hija del Rey ha trastocado el buen ambiente que reinaba entre las partes del caso Nóos.

La colaboración era la tónica habitual entre las acusaciones. La cortesía reinaba entre defensas y acusaciones.

La primera, y seria escisión, se produjo entre el fiscal anticorrupción Pedro Horrach y el juez José Castro, que en los últimos años habían desarrollado una excelente relación de amistad. Además, entre juez y fiscal existía una gran armonía y coordinación a la hora de investigar los múltiples recovecos de la presunta trama de desvío de fondos públicos. Este panorama ha estallado en pedazos tras los duros ataques dirigidos en cuatro escritos por el fiscal al juez, que solo ha replicado en una ocasión.

El perito de la acusación

La segunda fractura se produjo el pasado sábado entre Virginia López Negrete, letrada de Manos Limpias, por un lado, y Pedro Horrach y María Dolores Ripoll, jefa de la abogacía del Estado y representante de Hacienda en el sumario.

Los primeros en declarar ante el juez Castro, como peritos, fueron los dos inspectores de la Agencia Tributaria de Catalunya que han elaborado los múltiples informes sobre los fraudes fiscales atribuidos a los implicados en el entramado Nóos. Estos funcionarios explicaron al magistrado que la infanta Cristina no puede ser autora de un delito fiscal en Aizoon, dado que no administró y gestionó esa sociedad cuya propiedad comparte, al 50%, con su marido, Iñaki Urdangarin.

La duquesa de Palma quedaría así acusada de una presunta cooperación necesaria en dos delitos fiscales atribuidos a su marido, por las declaraciones de la renta de 2007 y 2008.

En el último lugar de la larga jornada declaró el perito de Manos Limpias, apellidado Amat. Este especialista entró a la sala de declaraciones defendiendo que la duquesa de Palma pudo haber cometido, junto a su marido, un presunto delito fiscal relacionado con el impuesto de sociedades de Aizoon de 2008 y salió compartiendo buena parte de las tesis de los peritos de Hacienda.

Amat fue interrogado con gran vehemencia por Horrach y Ripoll, convencidos de la inocencia de doña Cristina y del error de las tesis del experto de Manos Limpias. El tono en que transcurrió la pericial desagradó a Virginia López Negrete, que defendió a su perito.

Fiscal y abogacía del Estado se congratularon del desarrollo de las periciales del sábado, que refuerzan sus tesis respecto a la no implicación de doña Cristina.