­"O el aprendizaje de las asignaturas enseñadas en inglés se ve perjudicado, o el aprendizaje del idioma inglés no es suficiente". Esta pesimista disyuntiva corresponde a Madrid, que se guió por criterios selectivos y no masivos. El estudio de Fedea impone una cautela adicional a los resultados pretendidamente milagrosos de la implantación del TIL.

Sin embargo, incluso miembros de la comunidad educativa balear no significados en las protestas mantienen que el trilingüismo resulta inaplicable en su actual configuración. Estos docentes apelan con orgullo a la experiencia de las Secciones Europeas, más fructífera a su juicio. Una corriente del profesorado sostiene que hubiera sido preferible aceptar sin rechistar las consignas imperativas del Govern para que el Tratamiento Integral de Lenguas se estrellara contra su imposibilidad. Mientras tanto, PP y PSOE incluyeron la promoción del bilingüismo castellano-inglés en sus programas electorales de las generales de 2011.

Los socialistas destacaban que "apoyaremos el diseño de programas lingüísticos para promover el aprendizaje del inglés. Se fomentarán los centros que impartan enseñanzas bilingües". Por su parte, los populares prometían que "promoveremos el bilingüismo español-inglés en todo el sistema educativo".

El estudio de Fedea advierte de las "implicaciones políticas potenciales" de su evaluación y, en concreto, de la vinculación de los peores resultados con la titulación de los padres. Aunque no se extiende en las causas, se corresponderían con el grado de estudio de la lengua inglesa al margen de los centros públicos por parte de los alumnos. En una conclusión elemental que escapa a la filosofía del TIL, es imprescindible saber inglés para seguir una clase en ese idioma.

Las dificultades halladas en Madrid se agravan en el archipiélago balear por la introducción de tres idiomas en la ecuación, aparte de la súbita adaptación al inglés. En el caso madrileño, la matriculación en las secciones bilingües de los institutos requiere unos resultados satisfactorios en la etapa anterior. Este factor, unido al peso de la formación familiar, plantea un riesgo discriminatorio, y "la potencial segregación es un tema importante para la investigación futura".

Elevado coste

La degradación del aprendizaje de las asignaturas impartidas en inglés equivale a la incorporación de ocho alumnos al aula. El estudio no omite las consideraciones sobre el elevado coste económico que comporta la implantación de un bilingüismo con garantías, difícil de conciliar con la política de recortes de la que Balears no ha quedado exenta. Los autores defienden la necesidad de diseñar mecanismos para medir el éxito del proyecto a la hora de ponerlo en marcha. De momento, "el esfuerzo extra hecho para utilizar el inglés como medio de enseñanza empeora el aprendizaje de la asignatura" ofrecida en este idioma.