En su despedida, Carlos Delgado (Palma, 1965), la cara visible de la derecha españolista en el PP balear, anunció que continuará vinculado al partido como "el más humilde afiliado de base". Desde luego, su paso por la formación conservadora no se ha caracterizado precisamente por la humildad. "Prepotente" o "chulo" son los adjetivos más suaves que dedican algunos de sus propios compañeros de filas al que soñó con ser el líder del PP, y no llegó ni a segundo.

Licenciado en Derecho, Delgado ejerció la abogacía desde 1990, además de ser agente de la propiedad inmobiliaria y corredor de seguros. Tiene un máster en Urbanismo, y hasta su dimisión ha sido el miembro del Govern con mayor bagaje y astucia políticas. Delgado fue director general de Patrimonio del Govern Matas (1996-1999), y en 2003 logró la alcaldía de Calvià, feudo del PSOE hasta entonces, después de una ofensiva judicial sin precedentes contra la exalcaldesa Margarita Nájera. Aunque fueron archivándose una detrás de otra, su avalancha de denuncias le valió entre los socialistas el apodo de Querellator.

En su primera legislatura (2003-2007) Delgado se valió del apoyo de UM, y si bien el pacto terminó como el rosario de la aurora, después del episodio del tránsfuga Joan Thomàs, al darle su apoyo en la recepción de la urbanización Nova Santa Ponça. El exedil de UM fue premiado en el segundo mandato de Delgado (2007-2011), ya con mayoría absoluta, con un cargo de confianza de las docenas que llegó a tener en el consistorio el ahora exconseller. Tras ceder el relevo a Manu Onieva, la estrecha relación de Delgado con su amigo de la infancia ha quedado muy maltrecha, por querer el actual alcalde calvianer marcar un perfil propio.

Con la huida de Matas a Washington, en el congreso del PP balear de 2008 Delgado le disputó la presidencia del partido a su también otrora amiga Rosa Estaràs, pero ésta se impuso por un 63% de los votos sobre el 31,8% de Delgado. Durante los prolegómenos, el hoy dimitido intentó frenar el cónclave y no dudó en llevar a su propia formación ante el juez, una jugada que muchos no le perdonan. Delgado repitió la estrategia en 2010 contra José Ramón Bauzá, de nuevo con un estrepitoso fracaso. Sin embargo, el vencedor le integró después ipso facto, y además tras las elecciones de 2011 le confió la principal conselleria del Govern, Turismo.

Bauzá, que se presentó como continuador del regionalismo, en realidad sintoniza plenamente con la ideología de Delgado, y ambos han virado al PP balear hacia sus tesis, especialmente contra el catalán. Delgado colocó a su mujer en la Conselleria, teniendo que dar marcha atrás, y dejó en ridículo al Govern cuando trascendió una foto suya con unos testículos de ciervo en la cabeza. "Sin complejos", que por algo ha sido su lema.