La Audiencia Provincial de Palma impuso ayer una multa de 9.000 euros al expresident del Govern del Partido Popular Jaume Matas, por cobrar un cohecho de 42.000 euros del hotelero y exalcalde de Muro Miguel Ramis, en forma de salario a la mujer del político. Matas deberá también entregar a la Justicia los 42.000 euros de la dádiva y pagar las costas del juicio con jurado.

El magistrado Juan Jiménez Vidal hizo pública su sentencia, tras el veredicto de culpabilidad dictado por el tribunal popular el jueves 4. El fallo declara culpable al también exministro de Medio Ambiente con Aznar de un cohecho pasivo impropio. Este tipo penal castiga a los funcionarios y autoridades que reciben un regalo o dádiva en consideración del cargo que ocupan y sin tener que hacer nada ilegal o delictivo a cambio.

Según explica el juez, se trata de "un delito de peligro abstracto porque protege la imagen del Estado de Derecho en el sentido de preservar la confianza pública en que los funcionarios ejercen sus funciones sometidos al imperio de la Ley".

Los hechos guardan relación con el contrato simulado que el empresario Miguel Ramis Martorell, dueño de la cadena Grupotel, hizo a finales del 2006 a Maite Areal, esposa del entonces president del Govern Jaume Matas. Areal cobró 42.111 euros durante 2007, como si hubiese desempeñado el puesto de relaciones públicas del hotel Valparaíso de Palma, un trabajo que nunca realizó.

La esposa del también expresident del PP insular recibió tres mil euros al mes, más dos pagas extra, y nunca, según declaró probado el jurado, trabajó para el mencionado hotel.

Amistades y un año de sueldo

La sentencia incluye un relato de hechos probados basado en las conclusiones a las que, por unanimidad, llegaron los jurados cuando redactaron el objeto de veredicto.

Matas trató de justificar la contratación de su esposa en la antigua amistad que le unía con Miguel Ramis. "Le pedí si tenía algún puesto de trabajo para mi esposa, porque yo era el culpable de que hubiera tenido que dejar su anterior trabajo y porque le había vetado dos importantes clientes, que podían haberme causado perjuicios a mí como político", alegó Matas.

Según el juez, "nadie regaló un año de salario a la señora Areal; ninguna empresa asume el coste de un año de un trabajador improductivo por amistad; solo se puede entender que se haga si el solicitante es el president del Govern balear".

La sentencia declara probado que Matas pidió la dádiva al presidente de Grupotel para sí y que el contrato de relaciones públicas de su esposa fue una mera ficción, "en un intento de ocultar la donación dándole una cobertura legal".

Según la sentencia, "no existió relación laboral alguna (entre el hotel Valparaíso y Maite Areal) y así lo percibió y expresó el jurado. La supuesta trabajadora Areal no prestó trabajo alguno, no se integró en el ámbito de organización y dirección del supuesto empresario, ni percibió un salario como contraprestación de un trabajo".

Matas se defendió explicando que su esposa se había dedicado en 2007 a buscar clientes para los dos hoteles de cinco estrellas de Grupotel entre sus amistades de alto standing de Madrid.

"Vivía a caballo de Palma y Madrid, donde buscaba los clientes para el Valparaíso", sostuvo el acusado. El jurado no creyó al expolítico. El juez resume esa conclusión: "Existió una pura y simple donación del empresario hotelero (Miguel Ramis) al señor Matas disfrazada de salario por el trabajo de su esposa".

De acuerdo con el veredicto emitido por el jurado, si Maite Areal hubiese sido relaciones públicas del hotel palmesano, su trabajo se habría traducido en correos electrónicos, presentaciones, informes y en una cartera de clientes. Nada de eso se presentó como prueba en el juicio.

Matas únicamente citó como testigo de la defensa al doctor Francisco Kovacs, presidente de la fundación que lleva su apellido.

Kovacs aseguró que Maite Areal le convenció para que su fundación siguiera siendo cliente del Valparaíso, para alojar a invitados y asistentes a simposios.

El tribunal popular, por el contrario, destacó que varios exconsellers y altos cargos del Govern Matas afirmaron desconocer que Areal estuviese trabajando para el hotel.