­Con el ambiente aún viciado por las turbulencias provocadas por los hoteleros con su intención de congelar sueldos a más de 100.000 trabajadores de Mallorca pese a la facturación récord de este último verano y los éxitos previstos para los próximos, la división española del grupo TUI, con sede en Palma, se plantó ayer en Madrid para desnudar una estrategia de inversión que poco o nada tiene que ver con la cicatería laboral expuesta por la patronal de los hoteles. Donde los dueños de las estrellas del hospedaje de Mallorca ajustan las tuercas a sus trabajadores en plena fiesta de facturación, TUI aumenta contrataciones hasta triplicar plantilla mallorquina en cinco años de crisis. Donde la patronal de los hoteles anuncia penurias para todos menos para sus cuentas de resultados, el grupo TUI promete seguir nutriendo de talento la sede central de una de sus tres grandes áreas de negocio, TUI A&D, la que nació y se gestiona directamente desde Palma. Y donde los hoteleros hablan de una estrategia a medio plazo basada en las reducciones de costes laborales, las cabezas pensantes de TUI apuestan por crecer como han hecho hasta ahora, innovando.

Noche y día. Las coincidencias de los impulsores del crecimiento de TUI en España con los hoteleros se limitan estrictamente a la marcha del negocio: a la empresa de germen europeo y músculo mallorquín las cuentas también le van viento en popa, con un crecimiento del turismo en Mallorca del 5%, 752.000 noches de hotel vendidas en Balears este año y un incremento de la clientela que llega a las islas hasta 1,8 millones de viajeros.

Ahí se acaban las similitudes con la patronal hotelera, a la que TUI no pertenece. Quizá por ello la rama española del conglomerado mundial no planea un aumento de la tensión laboral, sino que presume de todo lo contrario: en 2013, detallan, han aumentado un 9% su plantilla en Mallorca, con lo que crece el doble la nómina de trabajadores que el negocio, razón que qui

zá explica que el 82% de sus trabajadores recomienden su empresa a familiares y amigos como lugar de trabajo (o eso dicen en TUI).

Y lo mejor no es que los trabajadores lo recomienden, sino que en TUI sí hay trabajo. "Vamos a seguir contratando. Segurísimo", certifica Joan Vilà, director general de la empresa, que afirma que están incorporando de media 50 trabajadores al mes. Que no es poco decir en los tiempos que corren, en los que TUI A&D también puede contar un éxito al alcance de pocos: desde 2008, y con la economía atrapada en los pantanos de la crisis, la sede central de TUI en España ha pasado de 582 empleados en el año 2008 a los 1.358 que ya hay en las instalaciones base creadas junto a Son Sant Joan, que se empiezan a quedar pequeñas. Y la cuenta de nóminas se eleva a 1.900 si se suma la red de oficinas subsidiarias y servicios de apoyo que constituyen el tejido de TUI.

Hotel Beds arrasa

Gran parte del éxito está relacionado con una marca, que nació en Mallorca hace diez años para elevarse en una década al primer puesto mundial de su ramo: Hotel Beds, el banco de camas con el que TUI A&D vende habitaciones tanto a touroperadores del grupo hermano TUI como a actores de la competencia. El crecimiento de Hotel Beds ha sido tal que en 2013 generó 1.960 millones, más de la mitad de los 3.694 de facturación del conglomerado español de TUI.

También avanzan con fuerza las otras dos divisiones gestionadas desde Mallorca. Una está lanzada y la otra va camino de ello. La lanzada es Destination Services, a través de la que TUI ofrece desde transporte hasta excursiones, cátering y guías, tanto a los clientes que llegan de las distintas marcas con las que TUI capta clientes en Europa como los que viajan con tour operadores de la competencia. Y pronto seguirá sus pasos exitosos, dice Vilà, la última aventura con gen mallorquín, la plataforma de viajes por Internet Late Rooms Group: crece sin freno en Reino Unido, mientras avanza en el suculento segmento de venta de viajes a través de teléfono móvil.

En total, las tres divisiones gestionadas desde Palma han mejorado su facturación un 10%, para reportar un beneficio antes de impuestos a TUI de 116 millones. "El avance es espectacular. En medio de la crisis, muy pocas empresas en todo el mundo han hecho algo parecido. Nosotros no hemos tenido ningún año que hayamos dejado de crecer [desde que nacieron en 2002 con apenas un centenar de empleados], algo propiciado por negocios que hemos ido generando", sintetiza Vilà, que deja claro cómo crecer en medio de la tormenta económica mundial y en un mercado con tantos competidores: moviéndose, probando, innovando, invirtiendo, apostando.

Que es lo que promete TUI A&D seguir haciendo. Por un lado, incorporando talento a una plantilla que en Balears ya es toda una torre de babel de casi 2.000 personas. Y por otro sacándole partido a la capacidad para generar ideas de un plantilla joven (en torno a los 30 años de promedio) y altamente cualificada. De ahí que Vilà se marque objetivos ambiciosos para 2014: "Cada vez tenemos más gente y mejor preparada. Hemos conseguido ser líderes mundiales con el banco de camas y con Destination Services. Aprovecharemos nuestra posición de liderazgo para seguir creciendo a doble dígito y muy por encima del mercado". Tanto en España como en Balears, donde las previsiones para 2014 son magníficas. "La demanda para Balears está muy alta, y pensamos que el próximo año va a ser muy bueno", precisa el director general de TUI A&D.

Mercados al alza

Su optimismo se fundamenta en las tendencias, que son al alza en todos los mercados. Empezando por el alemán, en el que las ventas han crecido el último año "un 41%". El optimismo se repite con nórdicos, rusos y escandinavos. Los buenos augurios alcanzan incluso a España y sus consumidores, castigados por una crisis de paro y salarios menguantes que hace que el mercado nacional sea el único que falla. "La desconfianza del consumidor no desaparece, pero al menos no crece", explica esperanzado Vila, que confía en crecer un 7% en España en el 2014 que ya asoma al calendario. Y se le espera con ganas: a diferencia de los años precedentes, el 2014 ya no llega como un año perdido más en la peregrinación por las rutas gastadas de una crisis que quizá, solo quizá, de verdad empiece acercarse a su fin.