"Bueno... Yo diría que ella ha estado más... ¿política?". Con estas palabras intentaba un miembro del PP asistente ayer al acto de celebración del aniversario de la Carta Magna transmitir su opinión sobre los discursos que habían pronunciado poco antes la delegada del Gobierno, Teresa Palmer, y el president del Govern, José Ramón Bauzá. Esa "política" entre interrogantes denotaba la dificultad para encontrar una palabra que no implicara rechazo a la intervención de su compañera de filas, cuya encendida defensa de la constitucionalidad de las medidas más polémicas del Gobierno de Rajoy y del Ejecutivo de Bauzá, las poco veladas críticas a quienes se oponen a ellas y su marcado centralismo español hicieron que el president sonara moderado por comparación.

Bauzá incluso hizo un alegato a favor del "consenso" y la necesidad de "ceder, dejar a un lado las ideologías, ser generosos y mirar por el futuro" para lograrlo. Claro que de inmediato puso como ejemplo de ese consenso el acuerdo que ha alcanzado par la financiación de los consells con los presidentes de las instituciones insulares, todos del PP. Es decir, que es capaz de consensuar con los suyos. Por algo se empieza.

El president logró el aplauso de la práctica totalidad de los aproximadamente 300 asistentes a la celebración, algunos de los cuales se abstuvieron en el caso de Palmer. Es el problema de ser tan ¿política? en un acto institucional. La socialista Francina Armengol fue de las que no ocultó su desagrado ante la intervención de la delegada del Gobierno. Y eso que Palmer dejó de pronunciar su discurso en castellano para pasar al catalán justo para transmitir que el TIL y la LOMCE "defienden el castellano como lengua vehicular de la enseñanza". La finura del gesto no fue valorada por la líder del PSOE, al frente de una numerosa representación de miembros de su partido, quizá para compensar la ausencia de Més o de Esquerra Unida. Los socialistas no permanecieron mucho tiempo en el vino español, de Binissalem, que se sirvió después, mientras los asistentes departían amigablemente. Entre ellos, el presidente de la Fundación Kovacs, el doctor Francisco Kovacs, que saludó a Bauzá con un fuerte abrazo justo el día después de que el Govern aprobara pagar a su entidad de medicina alternativa 630.000 euros por los pacientes de la sanidad pública balear que ha atendido este año.

Agustín Martínez, El Casta; Joan Gual de Torrella, expresidente de la Cámara de Comercio; Bartolomé Bestard, excóncul de EEUU en Mallorca; José Falcó, presidente del Banco de Alimentos; Miguel Ángel Andreu, jefe del departamento de Urgencias de la conselleria de Administraciones Públicas, y la pintora Carolina Amigo aprovecharon para relajarse después de haber participado en el acto oficial leyendo artículos de la Constitución.

No faltaron las principales autoridades, como la presidenta del Consell, María Salom; el alcalde de Palma, Mateo Isern, y la presidenta del Parlament, Margalida Durán. Junto a ellos, el obispo de Mallorca, Javier Salinas; el comandante general de Balears, Casimiro Sanjuan; el rector de la UIB, Llorenç Huguet, numerosos políticos y miembros del Govern e incluso excargos del Ejecutivo balear, como el exconseller de Economía José Ignacio Aguiló, se sumaron a la celebración de la Carta Magna en el Palacio de la Almudaina.