Es una ecuación: el riesgo es igual a la amenaza por la vulnerabilidad. La amenaza es el factor natural, como podría ser el tifón Haiyan, y contra el que no se puede hacer nada. La vulnerabilidad depende de muchas áreas y disciplinas y en eso sí que el ser humano puede trabajar, para reducir así el riesgo. Y en ese factor también tiene su peso el tratamiento informativo que se dé al fenómeno natural en cuestión. Hay algunas claves para reducir el grado de vulnerabilidad de una zona. ¿Qué papel han jugado los medios de comunicación de masas en el caso del Haiyan que devastó Filipinas? Javier Adrover, geógrafo y experto en gestión de desastres naturales, habló ayer en la sede del Club DIARIO de MALLORCA sobre algunos carencias que ha detectado en esta área y entre otras cosas reivindicó la importancia del rigor científico.

Adrover comenzó explicando por qué se forman tifones así (huracán, tifón y ciclón significan lo mismo; se usa una palabra u otra según la zona del mundo). Hay cinco factores principales. El primero e imprescindible es que la temperatura del agua de la superficie del océano supere los 26 27 grados. A continuación juega un papel clave en la formación del vórtice (u ojo del huracán) el valor de Coriolis (ha de situarse entre los 5 y los 25 grados de la latitud norte). Otra factor es que no existan corrientes verticales de aire (si hay no se formará el vórtice) y un cuarto motivo es que en la conocida como zona de convergencia intertropical (ZIT) disminuya mucho la nubosidad. Por último, los huracanes siguen siempre unas fases: empiezan como depresión tropical, se transforman después en tormenta tropical y finalmente se convierten en huracán.

Todas estas condiciones se dieron con el Haiyan. Adrover ofreció algunos datos espeluznantes sobre este tifón, empezando por las más de 5.000 víctimas mortales que se ha cobrado. El tifón alcanzó la categoría superior de la escala Saffir-Simpson, convirtiéndose de hecho en un súper tifón, dejando registros como vientos acumulados de 315 kilómetros por hora, con rachas que llegaron hasta los 360 y olas de siete metros de altura que entraron kilómetros adentro del territorio. En cuanto a las precipitaciones, Adrover señaló que un tifón de este tipo suele dejar de media unos 500 litros por metro cuadrado. Se comprueba que en esta ecuación la amenaza era potente, ¿y la vulnerabilidad?

Alta. El experto indicó que el sistema de avisos se ha visto que era muy precario y que se emitieron con poca antelación, además de haber otros posibles factores como una población envejecida o infraestructuras débiles. En cuanto a los medios, Adrover comparó el tratamiento informativo que se dio al huracán Sandy, que afectó a EE UU en 2012 y dejó 147 víctimas; y el Haiyan. Recordó que en el primer caso se empezó a informar y a hacer previsiones y artículos s muy completos días antes de que llegará el huracán a la costa estadounidense y también después.

En el caso de Filipinas, los medios de comunicación masivos atendieron al fenómeno natural cuando ya había sucedido. A posteriori, también se dieron fallos. El geógrafo consideró que los medios emitieron muchas imágenes de destrozos y refugiados, pero echó en falta "ir más allá" y ahondar "en la causa de la catástrofe", con "rigor científico y con periodistas sostenidos en un panel de científicos". Asimismo, recordó que los medios tienen una función de denuncia.

Con un buen tratamiento informativo, las poblaciones pueden aprender a estar más preparadas y resguardadas ante futuros fenómenos naturales que hoy son imposibles de prever.

*Conferencia sobre el tifón Haiyan, sus causas y el tratamiento informativo. Martes, 26 de noviembre, 19:00 horas. Club Diario de Mallorca. Puerto Rico, 15.