Balears ha acaparado la atención de todo el país al mantener una inaudita huelga de más de tres semanas en la enseñanza y conseguir movilizar a más de 100.000 personas en una manifestación histórica contra el Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), los recortes y otras actuaciones del Govern. La actividad docente volvió a pararse en las islas el día 24 de octubre, aquella vez contra la LOMCE. Y el viernes el archipiélago vivió su jornada número 17 de huelga. ¿Y qué se ha logrado?

Los docentes no han conseguido ninguna de las reivindicaciones que perseguían y la negociación entró en coma en el momento en que se suspendió temporalmente la huelga. Pero los convocantes no creen que las jornadas de paro hayan sido en balde ya que consideran que la movilización conseguida en una sociedad tan adormecida como la mallorquina ya es un hito, junto al logro de la unidad de acción de buena parte de la comunidad educativa. Algunos creen que la huelga puede seguir siendo el camino al entender que es la única manera de que el Govern reaccione. Otros ya empiezan a apostar más decididamente por otras medidas, mientras las familias (incluso las detractoras del TIL) no ocultan su desgaste. Y en medio de todo, el factor importante: los alumnos.

"La huelga ha servido para despertar a la sociedad, para que la gente diga ´por ahí no pasamos´ ante todo lo que nos quieren imponer", opina Vicente Rodrigo, presidente de FAPA, la federación de APAs, "y también para lograr una unidad que tenemos que trabajar en mantener". Por ahí va también Toni Baos, secretario de la federación de enseñanza de CC OO: "Ha servido para cohesionar a la sociedad y para que el Govern quede tocado, ya que también hemos llegado a sus votantes; además, que vayamos todos juntos es lo que más daña al Ejecutivo, y por eso precisamente tenemos que seguir unidos". Maria Alarcón, de FETE-UGT, considera muy relevante el haber "tomado consciencia y unidad como comunidad educativa". Guillem Barceló, uno de los portavoces de la Assemblea de Docents, valoró haber logrado poner la educación "en el centro del debate durante dos meses completos", además de generar "una dinámica muy importante de acercamiento de las familias y de unión entre los propios docentes".

Biel Caldentey, al frente del STEI-i, también valora la cohesión conseguida y el haber situado la educación "al frente de todas las cuestiones como una preocupación social de primer orden". También entre los padres de centros concertados hay quienes creen que no es baladí lo conseguido con la protesta: "El apoyo y la movilización social en una sociedad que no está acostumbrada a moverse", según Jaume Salas, el presidente de CONFAECIB, que agrupa a las APAs de Escola Católica. Salas indica que la huelga ha alterado el inicio de curso, pero que al menos también ha supuesto más ganas de participar e implicarse. Para Antoni Martorell, presidente de ANPE, la huelga ha servido para "concienciar a la gente de los problemas que está generando la conselleria de Educación".

No todo el mundo habla de la huelga en positivo. Para Francesc Josep Picó, al frente de FAIB-CONCAPA (que agrupa unas 50 asociaciones de padres), lo que se ha conseguido ha sido "perjudicar a los alumnos" y enquistar un conflicto que podría acabar por derivar en un "curso perdido".

Para Jorge Muñoz, pediatra, padre e impulsor del manifiesto Por el derecho a una mejor educación, las jornadas de parón han servido para que los padres en general lleguen a estar "desesperados" y que esa desesperación se haya canalizado en la formación de un grupo "cada vez más importante" de gente que busca otra alternativa a la huelga. A nivel académico, cree que el curso ya está herido de muerte, ya que "esto no ha hecho más que empezar".

José Guerrero, uno de los portavoces del grupo No vaig de vaga (creado en las redes sociales e impulsor de una manifestación a favor del TIL con miles de asistentes) también cree que la movilización ha supuesto un perjuicio "muy importante para los alumnos", aunque sí ve un lado positivo: "Ha servido para despertar la conciencia de muchos padres que no estaban al tanto del grado de politización de las aulas y que ahora se dan cuenta de los motivos reales de la protesta: una lucha política de parte de los docentes a favor de la inmersión".

Tras estas conclusiones de unos y otros y en el momento actual, ¿es la huelga el camino más idóneo para seguir protestando? Para algunos sí; para otros, sí con matices; para unos terceros, de ninguna de las maneras.

Entre los que ven la huelga como un elemento poderoso para provocar alguna reacción por parte de la conselleria está el STEI-i, FETE-UGT, CCOO y la Assemblea. Barceló considera que sigue siendo "un medio de presión legítimo para dar una respuesta contundente"; un recurso que "se ha de administrar bien, sin perder la perspectiva de que es un medio, y no un fin". Recuerda que hacer huelga supone un sacrificio para los docentes: "Perdemos un día de sueldo para reclamar mejoras".

Caldentey lo ve como "un recurso necesario" y cree que no hay que abandonar la idea de retomar una huelga "sostenida en el tiempo" ante la inacción de Educación. Alarcón señala que intentan negociar "con un Govern con una postura muy poco dialogante" y que este tipo de protestas sí sirven para algo, aunque cree que se deben compatibilizar con la vía del diálogo y con propuestas conjuntas de acción .

Desde CCOO, Baos no cree que esta vía sea inadecuada pero "siempre que familias y docentes vayan de la mano, siempre que no se rompa la cohesión". ANPE es el único sindicato que se manifiesta abiertamente que el camino de la huelga, que se inició "con mucha ilusión", ya está agostado. "Me sabe muy mal, pero esta vía no ha funcionado y es necesario buscar otros instrumentos", sostiene Martorell.

La opinión de las familias

¿Qué dicen los padres? Así como al principio algunas federaciones sí complementaban decididamente la protesta con medidas como las campañas de "aulas vacías", ahora que el conflicto ha entrado en una segunda fase siguen secundando los motivos de los docentes pero apostando más por otras medidas de presión. Así lo señala Rodrigo desde FAPA, quien expresa su "máximo respeto a los que están dispuestos a perder su sueldo por una mejor educación y por su puesto a los motivos de la protesta", aunque señala que quizás la huelga haya dejado de ser una buena vía a seguir entre otras cosas por los posibles alteraciones al rendimiento académico. Eso sí, cree que en cualquier caso hay que trabajar para mantener la citadísima "unidad de acción". Salas, homólogo de Rodrigo en FAPA, cree que la huelga es una medida "de fuerza" que puede ser efectiva, pero que siempre ha de ser "el último recurso".

Guerrero, Muñoz y Picó han estado en contra de la huelga desde el minuto uno y llegados a este punto se reafirman más que nunca en su postura con sentencias que no dejan lugar a dudas: "Totalmente en contra de la huelga"; "De forma rotunda lo digo, la huelga no es la vía que deberían seguir"; "No puede ser que los alumnos sigan perdiendo clase".

Llegamos así a un tercer interrogante: ¿Qué otras medidas de presión podrían aplicar los profesores y padres que no pasen por la huelga? Tanto desde la Assemblea como desde el STEI-i han vuelto a poner el acento los últimos días sobre la desobediencia al TIL, ya no canalizada a través de los consejos escolares sino apelando directamente a cada docente.

Para Caldentey es vital que se reactive la negociación, dejando de lado el tema del TIL e intentando llegar a acuerdos parciales. La campaña de desobediencia creen que puede servir para que Educación reaccione y los vuelva a convocar. En CCOO aspiran a volver a los inicios de las movilizaciones, cuando se organizaban encierros y otras actividades "lúdico informativas reivindicativas" de forma unitaria con la Plataforma Crida. "El Govern quiere dividirnos, así que tenemos que trabajar lo más unidos posibles", apunta: "Por eso hemos puesto en marcha en Twitter el hastag #ResitenciaIndefinida".

Alarcón, de UGT, cree que la huelga es un buen recurso, pero del que tampoco se puede abusar, con lo que también ve importante "buscar fórmulas para no romper el consenso social".

Denunciar e informar

Guillem Barceló, del movimiento asambleario, cree "vital" trabajar en "denunciar y poner de relieve las contradicciones y carencias del sistema educativo". Respecto a la desobediencia, Barceló defendió la rebeldía "como un acto de responsabilidad" ya que la realidad del día a día de los centros "demuestra que el TIL es inaplicable".

Desde la confederación de APAs de centros católicos, Salas ve necesario reenfocar el debate desde un punto de vista pedagógico, difundiendo ejemplos de por qué no se puede aplicar el TIL y proponiendo alternativas. Martorell, presidente de ANPE, se expresa en una línea similar y cree que ha llegado el momento de potenciar "la lucha informativa" ofreciendo datos objetivos de la situación actual del sistema.

El pediatra Muñoz ofrece una idea original "y que sería muy mediática": una huelga a la japonesa. El doctor cree que si el profesor planteara hacer clases particulares "en horas no lectivas"se "cambiaría la actual imagen del profesorado". Picó pide que los docentes apuesten por el diálogo o por acciones fuera del horario lectivo y, sobre todo, exige "seny". Guerrero por su parte cree que los docentes deberían tirar para adelante con "cualquier medida que no afecte a los niños" y anima a los padres a seguir llevando a sus hijos a clase "sin miedo".

Ahora mismo nadie sabe cómo acabará el conflicto educativo, si es que se le puede llegar a dar carpetazo de forma oficial en algún momento. Mientras (los días que no hay huelga) los colegios e institutos abren sus puertas, los niños se sientan en sus pupitres y luchan con sus deberes y los profesores dan clase, ya sea en una lengua u otra.