Duro enfrentamiento ayer en el Parlament a cuenta de la bandera cuatribarrada, oficial en Cataluña. La presidenta de la Cámara, Margarita Durán, del PP, ordenó sin éxito a los diputados nacionalistas de Més que retirasen una senyera en forma de lazo que exhibían durante el pleno, lo que provocó un rifirrafe entre la ´popular´ y toda la oposición, que la acusó de atentar contra la libertad de expresión en una Cámara democrática.

El encontronazo se produjo durante el debate sobre las enmiendas a la totalidad presentadas por el PSOE y Més para que fuera retirado el proyecto de Ley de Símbolos del Govern, que el PP impulsa básicamente para prohibir la colocación de lazos cuatribarrados a favor del catalán en los centros educativos.

El diputado menorquín de Més Nel Martí puso un lazo con la senyera en la tribuna de oradores, mientras intervenía en el debate. Cuando ya llevaba varios minutos, la presidenta le interrumpió y le pidió que quitara la bandera, "porque ya ha conseguido su efecto".

Martí hizo un ademán de retirarla, pero entonces varios diputados de la oposición, entre ellos la socialista Francina Armengol, le instaron a no hacerlo alegando que el reglamento no lo prohíbe. Durán insistió hasta que Martí apartó la senyera y continuó hablando. Entonces, el portavoz de su grupo, Biel Barceló, se levantó a recogerla y la colocó en su escaño.

La presidenta se sintió desafiada, y ordenó a un ujier que retirara la cuatribarrada. Cuando el ordenanza se acercó al escaño de Barceló y su compañera Fina Santiago, se encontró con la negativa de ambos diputados a entregarle la senyera, por lo que desistió de hacerlo a la fuerza. Santiago llegó incluso a ponerse la enseña en el cuello, a modo de bufanda, para evitar que el ujier se la quitara.

Durán ordenó dos veces más al ujier que fuera a quitar la senyera, pero el resultado fue cada vez el mismo. Interpelada a gritos por diputados de izquierda para que justificara su decisión, la presidenta contestó que se amparaba en el "artículo 111 del reglamento, por alterar el orden", lo que provocó la hilaridad de la mitad del hemiciclo, mientras los parlamentarios del PP expresaban su apoyo a su compañera Durán.

El nacionalista Biel Barceló preguntó a la presidenta a cuento de qué "este cambio de criterio", recordando que hace unos meses él mismo colgó una senyera durante un pleno y entonces nadie se lo prohibió. La presidenta explicó que en el interior del hemiciclo ya había las banderas oficiales -la española y la balear- así como los escudos, y subrayó que no había lugar para otros símbolos. Durán se enfrentó a Armengol, que le pedía la palabra, y se la negó, además de exigirle que respetara su turno como presidenta y la dejara hablar. Tampoco dio la palabra a Biel Barceló, y le llamó al orden en dos ocasiones, amenazándole con expulsarle a la tercera si él y Santiago no quitaban la bandera. Finalmente, no lo hicieron, pero Durán no hizo nada y continuó la sesión.

El diputado ibicenco del PP Miguel Jerez lamentó después que "de forma furtiva, y forzando la tolerancia del reglamento", la oposición hubiera introducido "símbolos que a nosotros no nos representan".

Este enfrentamiento marcó el debate de las enmiendas a la totalidad contra la Ley de Símbolos, que se caracterizó por un tenso enfrentamiento entre la oposición y el vicepresidente del Govern, Antonio Gómez, que defendió el texto del Govern. La oposición dedicó duros calificativos a este proyecto de Ley. Martí afirmó que se trata de un texto "represor" que forma parte de la política del Govern contra la lengua catalana y que pretende una "escuela que remite al franquismo". Añadió que "la bandera cuatribarrada es un símbolo de Balears, de nuestra cultura y de la democracia" y recordó que también está presente en las banderas oficiales de las islas.

En el mismo sentido se expresó Pilar Costa, quien calificó esta Ley de "chapuza política, jurídica y social" y dijo estar ya "cansada de la fobia" del Govern de Bauzá a "todo lo que representa" a Balears. "Si no les gustan nuestras islas váyanse, porque lo que están haciendo a la sociedad balear es imperdonable", dijo Costa al PP. Añadió que un Ejecutivo que "se asusta ante unos lazos es un Govern débil, asustado y acabado". Al igual que Martí, resaltó el "absurdo" que supone que, según esta Ley, no se puedan colocar por ejemplo en las fachadas de los edificios públicos, incluidas las escuelas o centros de salud, lazos contra el cáncer. Además, recordó, por ejemplo, que también un crucifijo es un símbolo que no representa a todos los ciudadanos y preguntó al Govern si ordenará que se retiren de centros concertados.

Gómez acusó a la oposición de "crispar y manipular" y sostuvo que la Ley busca evitar "confusiones" y que en los edificios públicos se muestren solo los símbolos oficiales y no otros "alternativos" o "banderas contrarias a la oficial". Además, acusó a la oposición de pretender "subvertir el orden" autonómico y constitucional.