Desde el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha) se pone de relieve que la crisis económica, debido al incremento del desempleo y al cierre de empresas, ha sido una de las causas que han motivado el aumento de los errores que se detectan en las declaraciones del IRPF y que no son achacables al contribuyente. Además, se subraya que cualquier declaración que reclame una devolución superior a los 3.000 euros está sujeta a comprobaciones más exhaustivas por parte de la Agencia Tributaria.

En concreto, se señala que una situación que se ha detectado es que al proceder al cierre de una empresa, en muchas ocasiones no se remite a la Administración Tributaria la declaración de los pagos realizados durante ese ejercicio a la plantilla y de las retenciones que se les practicaron, incluso aunque éstas sí hayan sido remitidas al fisco. De esta forma, el empleado puede declarar unos ingresos y unas retenciones de las que no se tiene constancia, sin que la responsabilidad de ello le pueda ser achacada, pero que hace necesarias comprobaciones adicionales.

Otro error común, en este caso con responsabilidad del ciudadano, es dar por bueno el borrador que remite la Agencia Tributaria sin comprobarlo, lo que puede hacer que los datos que se aportan incluyan errores que deberían de haberse corregido antes de proceder a la presentación.

También se registran discrepancias en los casos en los que el contribuyente ha realizado actividades complementarias a la principal, lo que conlleva unos ingresos adicionales que en ocasiones no se declaran y que generan también controles especiales. F.G. Palma