­El president del Govern y la consellera de Educación, José Ramón Bauzá y Joana María Camps, abrieron ayer el curso parlamentario dejando claro que el éxito de la huelga de docentes no les hará mover ni un milímetro su decisión de imponer el decreto de trilingüismo en las aulas. "Este proyecto educativo se aplicará porque es lo mejor para nuestros hijos y porque es un compromiso electoral avalado por las urnas", afirmó Bauzá. Más tajante aún se mostró Camps: "No daremos marcha atrás nunca; por la fuerza, nunca".

Ambos contestaban así a la andanada de preguntas, interpelación y petición de explicaciones lanzadas por la oposición en el primer pleno del nuevo período de sesiones del Parlament, centrado casi exclusivamente en el conflicto educativo. Mientras los intensos pitidos y lemas de los docentes concentrados fuera del Parlament pidiendo la dimisión de Camps lograban hacerse audibles en la sala de plenos, la oposición hacía suyas estas exigencias de dimisión, tanto en sus intervenciones como con carteles ubicados en sus escaños.

Tras la batería de preguntas de distintos diputados a Camps, le tocó a Bauzá contestar a los líderes de la oposición, la socialista Francina Armengol y el portavoz de Més, Biel Barceló. El president se mostró más moderado con sus palabras que la consellera, aunque el mensaje fue el mismo. Bauzá sostuvo que la oposición no tiene legitimidad para criticar el modelo educativo del PP porque sus sistemas fueron "un fracaso estrepitoso". Así, acusó a Armengol de defender "un modelo de inmersión e imposición no avalado por las urnas", mientras que su Govern busca un modelo educativo con un equilibrio entre castellano, inglés y catalán. Eso sí, advirtió de que no defenderá "el catalán que se habla en Cataluña, sino el que hablan nuestros padres y abuelos".

Además, emplazó a quienes apoyan la huelga a respetar "la voluntad de la mayoría" de los ciudadanos que votó al PP. "Yo respeto a las minorías, pero habría que ver si estas minorías respetan la voluntad de la mayoría", espetó a Biel Barceló quien le había dejado claro que si el Pacto vuelve al Govern derogará el TIL, además de acusar al Govern de "desacato" al TSJB por el decreto ley con el que evitó suspender la aplicación del calendario del TIL como le ordenó el Tribunal. Bauzá replicó que "no hay desacato, sino un decreto ley para superar el error formal" que, según él, fue lo que detectó el TSJB.

Armengol y Barceló acusaron a Bauzá de haber provocado una crisis en la educación por su "obsesión" contra el catalán y su autoritarismo. "Siento vergüenza, tristeza y preocupación al ver en qué manos estamos", dijo Armengol a Bauzá a quien pidió "sentido común" y diálogo. "Escuche a la comunidad educativa", emplazó al president con tan poco éxito como el que tuvieron otros diputados de la oposición con Camps.

La consellera tuvo que responder a siete preguntas sobre este conflicto. Según dijo, el curso "ha comenzado con normalidad, excepto por la huelga", de la que culpó a la oposición a la que acusó de provocar la crispación en la comunidad educativa que en su "mayoría" apoya la política del PP. Camps basó sus argumentos en el rechazo a que la huelga haya sido un éxito y en la afirmación de que la responsabilidad de la misma es de la oposición, por lo que "la izquierda nacionalista ha fracasado" al provocar un "inicio de curso con una huelga política". Incluso sostuvo que "el PP hace una política para el pueblo, pensando en los humildes" que no pueden pagar clases particulares "como los ricos".

Acusaciones de manipulación e incluso de política "neofranquista" fueron algunas de las respuestas de la oposición. "Usted está ciega y sorda", espetó a Camps el socialista Vicenç Thomàs. "Han olvidado el sentido de gobernar en democracia", resumió el también socialista Lluís Maicas.