­TIL. Nunca tres letras generaron tanta controversia e incertidumbre. Desde que se aprobó el pasado mes de abril, el decreto del tratamiento integrado de lenguas ha sido motivo constante de polémica y de interrogantes, llegando la problemática a arañar el mismo inicio de curso y generando así la vuelta al ´cole´ más anormal de los últimos tiempos.

"No hay vuelta atrás para el TIL", ha repetido hasta el agotamiento la consellera Joana Maria Camps. Y parecía que hablaba en serio cuando decía que nada ni nadie les iba a detener porque el TIL, en su versión express, se aplicará este curso a pesar de la suspensión cautelar del TSJB.

Es muy fácil perderse en la trama del TIL, que cada día arroja nuevos capítulos. Ha llegado un momento en que muchos se plantean qué implica realmente; o porqué hay tres directores expedientados o qué supone el famoso artículo 20 (ahora rehecho) y esas instrucciones tan cuestionadas (ahora suspendidas).

Este decreto fue redactado por el equipo del entonces conseller Rafael Bosch, destituido un mes más tarde. El objetivo: "Garantizar el uso equilibrado de catalán, castellano y de inglés en la enseñanza". A efectos prácticos supone empezar a impartir en inglés áreas no lingüísticas y acabar con el sistema de inmersión lingüística y con el decreto de mínimos al aumentar la presencia del castellano.

Educación aspira a tenerlo implantado del todo el ejercicio 2017-2018 y el curso que ahora empieza en principio se aplicará en 1º, 3º y 5º de Primaria y en 1º de ESO. Afectará a 36.000 alumnos.

Entre los detractores hay dos grandes argumentos y cada uno pone el acento en el que considera o en los dos: primero, la disminución de la presencia del catalán en la enseñanza y la desaparición de la inmersión (filólogos, intelectuales y profesores de la Universitat advirtieron de que el catalán aún no está una situación normalizada); y segundo, la falta de preparación y de tiempo para empezar a dar asignaturas no lingüísticas en inglés. Los plazos de aplicación no fueron consultados a los organismos correspondientes y eso es en lo que el TSJB ha apoyado sus autos.

Entre los defensores (el Govern del PP) los argumentos se centran en que es vital dar un impulso a la lengua de Shakespeare en la enseñanza y acabar ya con la inmersión, ya que así los padres tienen "libertad". Además aseguran que el TIL mejorará las cifras de fracaso escolar, ya que lo relacionan directamente con el sistema de inmersión.

Para impartir asignaturas en inglés, Educación exige el nivel B2, equivalente al First Certificate. Voces críticas lo consideran insuficiente para impartir en esa lengua una asignatura como por ejemplo Ciencias Naturales. Este requisito era el mismo que se exigía para aplicar el proyecto de Secciones Europeas, que funcionaba con éxito en los colegios que decidían adherirse de forma voluntaria y con autonomía para gestionarlo.

Los centros redactaron sus proyectos lingüísticos y muchos optaron por hacerlo por el artículo 20, que les permitía, en base a su autonomía, aprobar un proyecto alternativo, siempre que se impartiese por lo menos una asignatura no lingüística en cada una de las lenguas. Así, los que querían podían dejar una mayor presencia del catalán. A los pocos días, el secretario autonómico Guillem Estarellas aprobó unas instrucciones que limitaban ese margen de maniobra y obligaban a una "presencia equilibrada de las lenguas oficiales"; instrucciones que fueron ignoradas en muchos casos al entender que no tenían validez jurídica. Las patronales concertadas tampoco las tuvieron en cuenta, al concluir que no les afectaban.

Educación devolvió muchos proyectos, instando a los centros a hacer una serie de correcciones. En algunos casos el proceso aún no se ha cerrado. Algunos requerimientos llegaron durante el verano y los directores, ante la imposibilidad de reunir al consejo escolar, decidieron posponer la decisión hasta septiembre, al entender que, tal y como recoge la LOE aún vigente, debe respetarse las decisiones tomadas por el consejo escolar.

A principios de agosto el director general de Recursos Humanos, Bartolmé Isern, abrió un expediente disciplinario a tres directores de institutos de Maó "por desobediencia abierta a las intrucciones de un superior". Los directores no hicieron caso de las correcciones y fueron suspendidos de empleo y sueldo de forma cautelar, tras la apertura de un expediente en tiempo récord. Según Camps, se ha sancionado a estos y no a otros profesionales en idéntica situación porque estos "fomentaron el incumplimiento de la normativa".

Ahora el TIL se impone por decreto ley y por la vía de la urgencia. Y Educación ha elaborado una nueva versión que limita el margen de maniobra de los centros educativos al máximo, derogando el artículo 20 "que tanta dudas causaba" y aprovechando para dejar claro que sí o sí catalán y castellano han de tener una presencia equilibrada.

No han faltado las voces que han visto en esta reacción del Govern una muestra más de su actitud de rechazo al consenso y al diálogo. Desde el Consolat de Mar lo ven de forma diferente, ya que consideran que la sociedad les avaló para aplicar este modelo al darles la mayoría absoluta en las urnas.