Jaume Matas no descansa. Lleva un verano frenético. Su agenda está más apretada que cuando era president del Govern o ministro de Aznar. Ayer le tocó el turno al todopoderoso don José María Rodríguez que se sentó a manteles en un restaurante del Passeig Marítim de Palma con el expresidente popular, condenado a nueve meses de prisión por tráfico de influencias, después de que el Supremo le rebajara la pena y evitara su ingreso entre rejas. Rodríguez aseguró a este periódico que "cada verano como con Matas". El presidente del PP de Palma no escondió su encuentro con el ahora denostado exdirigente popular. "Fue una comida de cuatro amigos que hablamos del verano", aseguró Rodríguez. Además de hablar del calor, el estado de la mar y lo preciosa y saturada que está Mallorca en esta época, seguro que en la comida se discutió largo y tendido sobre la situación judicial de Matas y de las criticadas políticas impulsadas por José Ramón Bauzá. El actual jefe del Ejecutivo ha dado por completo la espalda al exministro popular, cosa que Matas no le perdona.

El expresident del Govern y del PP está buscando su rehabilitación política, después de salvarse de pernoctar en las instalaciones penitenciarias de la carretera de Sóller. Lo está haciendo intentado demostrar que todavía tiene poder en el partido. Prueba de ello es la reunión a manteles de ayer con don José María, el hombre que manda tanto en el Partido Popular de Balears como el propio Bauzá. Rodríguez tiene razón. Esta no es la primera vez que pone los pies debajo de una mesa con Matas, después de que este último cayera en desgracia por los casos de corrupción. El pasado año ya comieron junto en una restaurante de Llucmajor.

Estrategia del exministro para lavar su imagen manchada por la corrupción

La estrategia de Matas está perfectamente diseñada. A finales de julio se zampó un buen pescado en el Port de Alcúdia con el exministro y expresidente valenciano Eduardo Zaplana. La pasada semana le tocó el turno al alcalde de Sóller y ex portavoz del PP, Carlos Simarro. Matas se plantó en Sóller alquilando en exclusiva un vagón del tren para todo su séquito, entre los que estaban su familia y amigos llegados de Madrid. Allí, a pie de escalerilla, estaba esperándole el alcalde Simarro. El primer edil le rindió honores como si llegara una autoridad de rango relevante en visita oficial al municipio. No obstante, Matas tuvo que salir por piernas de la Vall. Un grupo de activistas le persiguió para entregarle sobres como los que en su momento le dio Luis Bárcenas, extesorero del PP. Ya se hacen quinielas sobre quién será el próximo del PP en recibir a Matas.

Juntándose con personajes relevantes de la vida pública y del PP es la forma que el exministro de Aznar tiene para intentar cambiar su imagen acribillada por los casos de corrupción como el Palma Arena, el palacete y los contratos a Iñaki Urdangarin.

El tour de Matas con gente del PP le sienta como un tiro a Bauzá

El frenético tour de visitas a dirigentes del PP sienta como un tiro a José Ramón Bauzá y su entorno. Fuentes cercanas al Govern aseguraron que el president y algunos consellers están que trinan cuando advierten que el repudiado expresident todavía tiene el poder de convocatoria suficiente para montarse sus periplos veraniegos. Entienden que ello es una clara prueba de que no controlan lo suficiente el partido.

Bauzá dio órdenes de que a Matas ni agua. Por este motivo, el cabreo del inquilino del Consolat debe ser monumental cuando observa que todo un don José María Rodríguez se sienta a comer con él o que un alcalde como el de Sóller lo recibe con los honores de president. Basta observar su perfil de Facebook para ver que todavía hay muchos en el PP que le tiene estima. Las felicitaciones que recibió de alcaldes y ediles populares por su santo, Sant Jaume, fueron innumerables.