"Nadie entiende como ha llegado una mofeta hasta la isla", bromea uno de los trabajadores del Consorcio de Recuperación de la Fauna de Balears (Cofib) dependiente del Govern. Pero el hecho es que un ejemplar se encuentra actualmente en sus instalaciones, tras haber sido abandonado por su antiguo propietario. Esta no es la única ´rareza´ presente en sus instalaciones. A la lista se añade una boa constrictor de tres metros, dos grandes camaleones tropicales, dos hurones y, hasta hace pocas fechas, varios monos de Gibraltar, por citar algunos ejemplos.

Estos animales son algunos de los que se encuentran en estas instalaciones, dedicada a la atención de fauna exótica y salvaje que es abandonada o se encuentra herida. En estos momentos, las dependencias del Cofib da acogida a más de 600 ejemplares, lo que las sitúa al límite de su capacidad. Y este es un problema general que se da durante estos días en los centros de acogida de animales, ya sea el del ayuntamiento de Palma en Son Reus, que cuenta ahora con alrededor de 160 perros y gatos; el de la sociedad protectora de las islas, con unos 140, y el de la Fundación Natura Park, con alrededor de un centenar.

Estas situaciones de saturación no son excepcionales durante los meses estivales. La explicación que se da desde Natura Park es bien simple: las entradas de animales superan ampliamente a las salidas.

Para empezar, la portavoz de la sociedad protectora de animales en Mallorca, Covadonga Barrero, pone de relieve el incremento en el abandono de las mascotas que suele darse en dos momentos del año muy concretos: durante el verano, al tener que irse la familia de vacaciones y no tener donde dejar a estos ejemplares, y en febrero, una vez que los cachorros que se regalaron por Navidad comienzan a crecer y a dar más problemas a sus nuevos propietarios.

Desde la Fundación Natura Park se añade un segundo factor: durante los meses estivales, se reduce el número de personas que buscan un animal para adoptarlo, lo que hace que la cifra de ejemplares que permanece en estos centros se incremente.

Balears ha aparecido sistemáticamente, junto a La Rioja, en cabeza de las comunidades autónomas con mayor tasa de abandonos de España. Y la crisis económica ha agravado el problema, según lamenta Covadonga Barrero.

El responsable del centro de Son Reus de Palma, Pedro Morey, prefiere pensar que no se está dando un aumento en la cifra de familias que dejan abandonadas a sus mascotas, sino que "cuando alguien tiene muchos problemas en la cabeza por culpa de la crisis, pone menos interés en encontrar a su perro cuando se le pierde".

Desde Natura Park se señala igualmente ese paulatino aumento de los abandonos, y se señala que se hace especialmente evidente entre aquellas especies cuya manutención es más costosa, como es el caso de los equinos: durante los siete primeros meses de este año ya han pasado por sus instalaciones 40 ejemplares, cuando en el mismo periodo de 2012 esa cifra había sido de 23.

En el caso de las especies salvajes que llegan al Cofib, se señala que ese aumento de explica por la presencia de más personas en la isla, lo que hace más fácil encontrarse a algún ejemplar herido, y el hecho de que haya más horas de luz, lo que hace que los animales sean más activos y haya una mayor posibilidad de que resulten heridos, a lo que se suma que en estos meses hay más crías. Respecto a los ejemplares exóticos, la crisis se nota en un hecho: las especies que llegan tras ser abandonadas son cada vez de menor valor económico. Las extravagancias son menos numerosas.

En cualquier caso, todos coinciden en que el problema va más allá de la falta de sensibilidad o de concienciación sobre la responsabilidad que supone incorporar a una mascota a la familia a la hora de explicar los abandonos, y se hace especial hincapié en el tema de la seguridad. Así, se recuerdan los riesgos que conlleva la presencia de animales sueltos en las carreteras, o la posibilidad de que se produzca un ataque a alguna persona.

El destino de los animales

¿Cuál es el destino de los animales en acogida? Lógicamente, los salvajes son puestos en libertad tras ser curados. Respecto a las mascotas, desde la sociedad protectora se señala que se mantienen en sus centros hasta que se les encuentra una nueva familia que los adopte, mientras que en el Cofib se asegura igualmente que no se recurre al sacrificio, aunque algún ejemplar pueda morir en sus instalaciones, en la mayoría de los casos debido al mal estado en que llega a ellas.

Respecto a Son Reus y a la Fundación Natura Park, se recuerda que la ley exige mantener al animal durante 21 días antes de proceder al sacrificio, pero también en ambos casos se afirma que esta vía apenas es empleada, aunque ello suponga acoger a algunas mascotas durante meses en sus instalaciones, hasta que son dadas en adopción.