­Jamás en su vida ha cobrado una comisión, nunca ha cometido un hecho delictivo, no estaba al tanto de las irregularidades que han ido haciéndose públicas en los últimos años, no hay ninguna prueba que la inculpe y es víctima de "una causa general". De esta forma defendió ayer su inocencia Maria Antònia Munar en un comunicado remitido a los medios tras conocerse la sentencia que la condena a seis años de cárcel y que la expolítica recurrirá ante el Tribunal Supremo. Sólo una cosa admite y de sólo una cosa se arrepiente la que fuera presidenta del Consell y del Parlament: de no haber dimitido antes como líder de Unió Mallorquina. Según se desprende del texto enviado, Munar considera que la rivalidad por la sucesión es la causa de "algunos sucesos ocurridos aparentemente en las distintas instituciones".

Por todo ello, y "ante las distintas sentencias que afectan a miembros de la cúpula de UM", la expresidenta del Consell admite un sólo fallo: "La única culpa que asumo es la de no haber renunciado a mi cargo al conocer mis primeros problemas de salud y haber anunciado con demasiada antelación mi retirada". Según la exlíder de UM, retrasar su retiro, "lejos de ayudar a una sucesión tranquila, llevó al partido "a una guerra sucesoria", algo que en su opinión es la "única explicación" a algunos sucesos ocurridos "aparentemente". Añade: "Manifiesto que desconocía las irregularidades que han salido a la luz".

"Reitero mi inocencia. No he cometido ningún hecho delictivo y anuncio que recurriré la sentencia ante el Tribunal Supremo", indica Munar. Continúa: "Como declaré en el juicio, jamás he cobrado ninguna comisión. Ni por la venta de la finca de Can Domenge ni por ningún otro asunto". Y redunda, para que no haya margen de duda: "Nunca jamás".

En su texto, la expresidenta insular se considera "víctima de una causa general" y lamenta que "cualquiera" que la implique en un hecho delictivo, "aún sin pruebas", recibe "un trato ventajoso". Concluye:"No existe ninguna prueba que me inculpe".