Una de las iniciativas que cuestiona la juez es el método que se siguió para conseguir votos en la barriada de Santa Catalina. Según el auto, María José Rodríguez, la antigua jefa de Emergencias del Consell y destacada dirigente de UM, era la encargada de conseguir un mayor apoyo electoral en esta zona de Palma. Para ello contrató personalmente a dos simpatizantes del partido, que se dedicaron a visitar a personas que estaban enfermas o que, por su avanzada edad, precisaban ayuda, para intentar conseguir algún voto más a favor del partido. Cada vez que estas simpatizantes, que cobraban un sueldo público, realizaban estas visitas debían dejar muy claro que estaban prestando esta ayuda "de parte de UM". Tras las visitas las trabajadoras debían realizar unas listas sobre la intención de voto. Esta información se facilitaba a Rodríguez, que también fue nombrada directora general del Govern, para que la utilizara con fines electorales. Este trabajo electoral se coordinaba desde un bar de Santa Catalina.

También se contrató en plena campaña electoral a una simpatizante del partido para que trabajara en la sede del Consell de Mallorca. Su trabajo consistía en abrir la puerta del despacho de Miquel Nadal y descolgarle el teléfono.

Una parte importante de los fondos públicos que gestionaba el consorcio se destinó al pago de estos empleados que, puerta a puerta, se dedicaban a realizar encuesta. Todos ellos se presentaban como "encuestadores de UM".