"Venimos a comprar solo lo que necesitamos", aseguraba ayer una pareja al salir de uno de los grandes establecimientos comerciales de Palma. Esa frase fue la más repetida entre las personas consultadas, más allá de reconocer que esta regla podría romperse únicamente en el caso de encontrar algún producto especialmente rebajado.

La bonanza de la temporada turística parece repercutir en el mantenimiento del consumo entre los residentes en Mallorca, pero nadie admite que va a gastar más que hace un año. "El presupuesto va a ser el mismo", señala otra de las clientas.

Los datos facilitados por asociaciones de consumidores y de comerciantes parecen coincidir con el bolsillo de los isleños. En la mayoría de los casos, las cantidades que se van a gastar en estas rebajas se mueven entre los 50 y los 100 euros, o al menos esa es la voluntad inicial que expresaban las personas que ayer visitaban los comercios del centro de Palma. Con alguna excepción, en la que se apuntaba que el límite estaba en los 300 euros y ello con un recorte respecto a 2012.

Los más jóvenes son los que insistían en la búsqueda del ´chollo´. Es decir, productos que habían visto en los escaparates hace días y que ahora se podían comprar con importantes descuentos. Salvo que se hubieran agotado. Así, un grupo de chicas criticaba el que las prendas que habían visto en varios establecimientos con el cartel de rebajas no tenían nada que ver con aquellas de las que ellas se habían encaprichado días atrás, y cuestionaban que los descuentos más apetecibles se ofrecieran, en su opinión, en productos especialmente diseñados para esta campaña.

Pero la palabra "crisis" sigue envolviendo la mayoría de las decisiones de consumo, incluso entre aquellos que admiten que mantienen su empleo y que no tienen parados en casa. "Es que sabemos como estamos hoy, pero no como estaremos mañana", se lamenta una joven que lleva de la mano a su hijo.

Por eso, ayer se veía a mucha gente paseando por las calles con mayor presencia comercial, pero a algo menos con bolsas en la mano. "Estamos mirando precios, y ya haremos la compra el fin de semana", apuntaba una señora. Ante la pregunta de si no teme que la prenda que desea se haya agotado, niega esa posibilidad. "Los estantes están llenos, no creo que vacíen de aquí al viernes", añadía.

"Esto está lleno de turistas". Es otra de las frases más repetidas en este inicio de rebajas. La percepción corresponde tanto a los comerciantes como a los clientes. "Pensaba que estarían en la playa, pero parece que han bajado todos a Palma", bromeaba un joven ante la proximidad de un grupo de chicas que se expresaban en un contundente alemán.

La explicación, según el representante de un céntrico establecimiento, es que los visitantes extrajeros están tan informados del comienzo de la campaña de descuentos como los mallorquines. "Lo ven por internet", afirma otro. Y ambos se felicitaban de que hagan algo más que mirar. "¿Ves? Van cargados de bolsas".