­Sale el sol en Mallorca. Y brilla con más fuerza que nunca, iluminando un verano que lo tiene todo para llevar a la isla a nuevas cotas máximas de reservas y facturación turística. A ello apuntan los datos que manejan los hoteleros, que en público reconocen que irá bien, y en privado dan rienda suelta a la satisfacción para hablar de "un verano de excepción". Otro. Y ya serán tres seguidos. Lo confirman en todos los mercados emisores, que barruntan crecimientos fuertes de turistas británicos, nórdicos, rusos, alemanes e incluso franceses. Y no solo eso. La datos de reservas hasta la fecha y las tendencias detectadas por consultoras internaciones como GBR, PriceWaterHouse y Horwath, y por los analistas de Turespaña detallan que Mallorca progresará en la mayoría de los mercados más que nadie.

De ahí las previsiones, magníficas, pese a ser tempranas: la ocupación garantizada para junio y julio, sin contar reservas de última hora, supera el 80%, confirma la Federación Hotelera, que espera un verano mejor que el pasado. Como lo espera el director general de Turespaña, Manuel Butler, que completa la cascada de buenas cifras con un pronóstico que las mejora todas: "Más que en llegadas creceremos en ingresos turísticos". Es decir, más turistas y con más dinero, algo aplicable en Mallorca a visitantes alemanes, rusos, nórdicos y franceses.

Si observan junto a estas líneas el desglose por países clientes de Mallorca, se encontrarán con una constante: Mallorca siempre figura entre los dos destinos europeos en los que más crecerá las reservas desde cada país. Y si se fijan en los análisis individualizados de cada competidor de Mallorca, verán otra tendencia igualmente positiva para la isla: casi nadie prevé ocupaciones y aumentos superiores a los de Mallorca. Casi: Turquía y su costa suroeste (Antalya, 346.821 camas de hotel, la mitad de cuatro estrellas) sí tenían previsiones que hacían sombra a las mallorquinas, pero el país se ha entregado a la fiebre de revueltas sociales que recorre el planeta de polo a polo. Desde entonces no hay datos fiables, pero los hoteleros creen posible un ligero trasvase de reservas turcas a destinos más tranquilos y seguros, como Mallorca. "La seguridad está resultando ser el factor clave para Mallorca", certifica Inma de Benito, gerente de la Federación Hotelera, consciente de que el turismo familiar que tan bien le funciona a la isla irá este verano como la seda.

Y eso que se recuperan rivales como Grecia, que este año por fin sale de las catacumbas turísticas a las que la abocó su estallido social de hace dos años. Lo explica el presidente de la asociación de empresas turísticas griegas (SETE), Andreas Andreadis, que recuerda que el turismo cayó un 50% con las protestas en la calle, pero ahora se desanda ese camino para acercarse a la situación previa al desastre: "Estamos viendo aumentos importantes de reservas para este verano, superiores al 10% en Reino Unido, al 15% en Alemania y al 30% en Rusia. Puede que rocemos el récord de turismo extranjero".

Récord de turismo extranjero

Mallorca tiene menos dudas: superará su récord de turismo extranjero. Lo dicen las previsiones en los mercados emisores, que ven en la seguridad mallorquina, en la moneda europea compartida y en unos servicios públicos aún de calidad la garantía que no ofrecen potencias turísticas emergentes como Túnez y Egipto. Tampoco es de momento competidor preocupante Croacia, que presenta cifras altísimas de ocupación, pero dispone de una oferta hotelera corta. Y por lo que respecta a otros rivales europeos, como la costa italiana o la francesa, los datos de reservas hablan de un estancamiento o incluso una ligera caída (caso de Italia).

El resultado es que Mallorca triunfa de la mejor manera posible: creciendo como el que más incluso cuando sus principales rivales están en plena recuperación y despegue hacia máximos. Algo estará haciendo bien el turismo mallorquín, porque ese despegue balear no es extensible al resto de la costa española, donde son mayoritariamente pesimistas de cara al verano. ¿Por qué? Porque dependen más que Mallorca de un mercado hundido por la crisis: el español. "La menor dependencia de España es positiva. Superamos el 80% de ocupación, que se está distribuyendo de forma homogénea por toda la isla", relata Inma de Benito, que achaca parte la buena salud del turismo mallorquín a la apuesta por reformar hoteles y elevarlos de categoría. "Es la clave de los próximos años: cuando la seguridad deje de ser el factor determinante, tenemos que estar preparados con una oferta de calidad y se está haciendo". Funcionan los hoteles temáticos (el de Meliá en Calviá va como un tiro), y se riza el rizo con una doble realidad: Mallorca lidera el turismo low cost, y a la vez es el paraíso predilecto de rusos y nórdicos de clase alta y media alta. Y algo más: con las reservas oliendo a éxito, la operadora Rumbo asegura que Balears es el destino más escogido en reservas de última hora.

Empleo turístico

La cuestión es si todo ello se traducirá en empleo. La Federación Hotelera asegura que el año pasado se crearon 4.000 puestos de trabajo, que este año se consolidan. "Incluso podría haber algunos más". La duda para el empleo no son así los hoteles, sino la oferta complementaria: los restaurantes, comercios, discotecas y negocios de ocio, que avisan de que su intención es modular la contratación en función del volumen de trabajo que vayan viendo. Aunque pueden empezar a perder el miedo. El verano tiene mejor pinta que nunca