Tras la confesión de Miquel Nadal, parece que Maria Antònia Munar se queda sola en el banquillo de los acusados. La expolítica de Unió Mallorquina va a por todas y quiere "morir matando". No solo no va a aceptar la manipulación del concurso de Can Domenge, sino que acusaría a la fiscalía de haberse aprovechado de la complicada situación familiar de Tomeu Vicens para lograr que confesara que había recibido un soborno.

Munar sabe también que la maniobra que realizó en el último momento de renunciar a su abogado, porque se sentía indefensa, no ha gustado al tribunal, porque así se lo comunicó el juez.

La Sala estará muy pendiente de cualquier movimiento que pueda realizar Munar para evitar que el juicio empiece mañana.