Más de 3.000 profesores, padres y estudiantes de todas las edades participaron ayer en Palma en la manifestación con la que culminó en Baleares la jornada de huelga contra la reforma educativa, que según los convocantes siguió el 65% de los docentes y el 80% del alumnado.

Estos datos contrastan con las de la Conselleria de Educación, que cifró la adhesión al paro en un 23% del profesorado y un 7% de los alumnos de los centros públicos y concertados del archipiélago.

Albert Abad, de la Plataforma de Estudiantes, subrayó que la huelga "ha sido un éxito" tanto en Baleares como en el conjunto de España gracias a la concertación de todos los sectores de la comunidad educativa para expresar su rechazo por el proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza (LOMCE) que, previsiblemente, hoy aprobará el consejo de ministros.

"Es una ley que no ha sido consensuada, no han consultado ni a los profesores ni a los padres ni a los alumnos", criticó Abad, para quien el proyecto tiene el propósito encubierto de "privatizar la educación" y marginar a los estudiantes con dificultades de aprendizaje o recursos escasos.

El secretario general del STEI, Biel Caldentey, criticó el "sistema muy peculiar" con el que calcula el seguimiento de la huelga la Conselleria de Educación, "que manipula las cifras" para tratar de contrarrestar el alcance de la protesta.

Además de la LOMCE, el líder del sindicato mayoritario en las islas reprobó el decreto de trilingüismo impulsado por el Govern balear, "un elemento de distorsión de la cohesión social y de la convivencia lingüística" en los centros.

"Se aprovecha una situación de crisis para introducir elementos reaccionarios que van en contra de una educación pública de calidad y en catalán", agregó Caldentey, que aseguró que se convocarán las huelgas que hagan falta para defender la educación.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) de Mallorca, Vicenç Rodrigo, consideró "evidente que la comunidad educativa ha dicho 'no' a la LOMCE, dice no al decreto de trilingüismo y dice no, sobre todo, a los experimentos" con los alumnos.

"Queremos que nuestros hijos reciban una educación pública de calidad", incidió Rodrigo, quien ofreció "diálogo" a la nueva consellera, Joana Maria Camps, para cambiar la política educativa en beneficio del alumnado.

La manifestación discurrió sin incidentes desde la Plaza de España hasta la Plaza de la Reina, pasando por Sant Miquel, Plaza Major, Colom, Cort, Palau Reial y Conqueridor.

Niños, adolescentes y jóvenes estudiantes de todos los ciclos, padres de alumnos, profesores de Palma y de pueblos de Mallorca, muchos de ellos con las camisetas verdes de la Plataforma por la Educación Pública, marcharon en un ambiente distendido portando pancartas con lemas críticos alusivos a la "ley Wert", los recortes y la política lingüística del ejecutivo autonómico.