Elijan ustedes mismos: Bauzá infla el Govern y dispara el número de consellers en tiempos de crisis. Bauzá cierra filas y se enclaustra en el búnker, siempre en perfecto castellano. Bauzá nombra a sus mascotas, "fieles y leales". Bauzá se arrepiente de haber desafiado a las grandes superficies con "impuestos medioambientales", y da marcha atrás. ...Y Bauzá creó a la mujer.

Las innovaciones tecnológicas desarrolladas por el PP para alejarse de los ciudadanos hubieran permitido a Bauzá una comparecencia en plasma desde su farmacia. Dio la cara, y se necesita en abundancia para promover a Antoni Gómez a vicepresidente de una autonomía, por tratarse del conseller más incompetente de la historia de Balears en una apretada competición. Su terrorífica interpretación de la "seguridad jurídica" en Presidencia puso en fuga a todo un interventor general de la Comunidad.

Ni la inventiva de Bauzá ni su insistencia en desfigurar la realidad le permitieron citar un solo mérito profesional que justifique la vicepresidencia para Gómez. El president se ciñó por dos veces a la "lealtad y fidelidad". Estas virtudes esencialmente perrunas no son los criterios que se aplican en la elección de un médico, un asesor fiscal o un vicepresidente. Si se introducen en Google las palabras "lealtad, fidelidad, perro", se recogen hasta 200 mil referencias.

La predilección por las mascotas no se interrumpe de la vicepresidencia hacia abajo. Joaquín García corona la conselleria de Economía por la que tanto intrigó, para trasladar a la gestión pública los métodos que labraron el hundimiento de su jefe Vicente Grande en la privada. En resumen, por haber fracasado en el control presupuestario de una comunidad que incumple el déficit y que batirá el récord en esta parcela durante el presente ejercicio. Amén de su incapacidad para la reducción de entes públicos en la única comunidad señalada por el Gobierno del PP como flagrante violadora de la doctrina de supresión de fundaciones y demás instancias parasitarias creadas por el PP balear. Amén de haber instaurado una política de despidos que ha sido rechazada masivamente por los jueces de lo Social y por el mismo Tribunal Superior. Amén de haber puesto en funcionamiento la ejemplar política de pagar a los despedidos por no trabajar, antes que cancelar legalmente sus contratos o readmitirlos. Sin duda, el perfil que mejor se ajusta al estilo de Bauzá. Si no puedes evitar la quiebra, nombra a un experto en lograrlas con estilo.

Se alegará que José Ignacio Aguiló nunca fue menos incompetente que sus dos sucesores en la vicepresidencia y a las riendas de Economía. Aparte de que el profesor universitario dejó de ejercer sus cargos en el Govern meses atrás, por lo menos es una buena persona, el dato que más lo distancia de Gómez y García. Se le sacrifica en este momento para aplacar a los grandes empresarios que amenazaban con volcar la nave del Govern, al atreverse a cargar sobre ellos una parte mínima de la inmensa deuda generada en buena medida por anteriores gabinetes del PP.

La relación directa de la lealtad y la fidelidad con el ascenso a una conselleria se sustancia en la figura de Nùria Riera. La nueva titular de la Función Pública, en sustitución del inexistente Gornés, proclamó compatible a Bauzá con su farmacia de dos millones de euros, con su vinoteca de medio millón de pérdidas, con su empresa de cosméticos y con cualquier otra iniciativa remunerada que propicie el ejercicio del poder. El premio se antoja modesto, en proporción a los réditos económicos que el informe absolutorio ha reportado al president privado de Balears.

La erótica del poder no radica en nombrar altos cargos, sino en destituirlos. Esta ley explica el mesianismo superlativo de Bauzá, que se presentó ante los periodistas al grito de "se han cumplido todos y cada uno de nuestros objetivos". Ni la divinidad se atrevería hoy a tanto. Cabe recordar que el propio PP le ha reprochado su abierta infracción de los controles económicos impuestos a las autonomías.

La intervención íntegramente en castellano de Bauzá sellaba de antemano la suerte de Rafel Bosch, profesor de química del president en el colegio de Sant Francesc. Al pronunciar su nombre como "Rafael", detallaba las razones de la destitución, por falta de "fidelidad y lealtad" a los enunciados del PP castellanobalear. El exconseller de Educación deberá valorar, en la depresión postcargo, si la decapitación es un justo castigo a la abdicación de sus convicciones catalanistas.

Bauzá multiplica el número de departamentos en abierta contradicción con las doctrinas de Esperanza Aguirre, y sin la coartada de que los pactos con otras fuerzas le obligan a repartir prebendas. En cambio, se atiene a las admoniciones de la lideresa al retirar impuestos a los ricos, que aliviarían el rumbo hacia el desastre garantizado por el nuevo responsable económico.

Al suprimir a las mujeres del Govern durante la mitad de la legislatura, Bauzá lanzaba un mensaje sobre la orientación de sus "fidelidades y lealtades". La inclusión repentina de tres conselleras también llega pletórica de significado. Si la dedicación casi exclusiva a sus negocios ha permitido que el president se apercibiese de la composición de la mitad del censo, no todo está perdido en otros índices numéricos.

El president habla del Govern en primerísima persona -"el punto que marqué"- y ni siquiera menciona a un PP demasiado escorado a su izquierda. En la remodelación no se ha atrevido a la inclusión de militares en el gabinete, pero le quedan todavía dos años para acuartelar la legislatura.