Javier Rodrigo de Santos, el exconcejal del ayuntamiento de Palma que pagaba sus visitas a prostíbulos con fondos públicos, salió ayer a las 19 horas de prisión, donde ha permanecido los últimos tres años y cuatro meses. El antiguo político disfrutará de sus tres primeros días de permiso, que han sido concedidos por la juez de vigilancia penitenciaria, tras los informes favorables que ha emitido el equipo técnico de la prisión de Palma. Se trata del primer permiso de salida, que pidió hace ya meses, pero que no se ha aprobado hasta que no ha seguido un completo tratamiento en la cárcel que le enseña a controlar sus impulsos sexuales. Lleva en prisión desde noviembre de 2009.

El que fuera máximo responsable de la política urbanística de Palma está cumpliendo una condena de siete años de prisión. Se le ha condenado dos veces. La primera por pagar con la tarjeta de crédito del Ayuntamiento servicios sexuales. La segunda vez se le condenó por abusar de tres niños, a los que conoció en una congregación religiosa, y a los que invitaba con frecuencia a su domicilio.

La salida de hoy es el inicio de un programa de permisos que va a ir disfrutando hasta que termine de cumplir toda la condena. Le quedan por cumplir prácticamente tres años de cárcel, pero puede que salga mucho antes de la prisión, entre otras cosas, porque ha logrado superar su adicción a las drogas y su comportamiento en la cárcel ha sido exquisito. No solo no ha protagonizado ningún incidente reseñable, sino que el informe que ha firmado el equipo técnico destaca la buena relación que mantiene con el resto de presos con los que comparte módulo.

Javier Rodrigo de Santos no podrá salir esta vez de Palma. La juez le ha prohibido abandonar la isla, ni siquiera para visitar a sus hijos, que viven en la península. Sin embargo, la próxima vez, siempre y cuando continúe manteniendo el mismo comportamiento en prisión, sí podrá viajar. Nadie de su familia está residiendo en estos momentos en Mallorca. Su mujer se separó de él tras protagonizar el escándalo y sus cinco hijos viven en su madre en la península. En estos tres primeros días de libertad Rodrigo de Santos no tendrá que acudir por la noche a dormir a prisión. Ha alquilado una habitación en un hotel de Palma, donde tiene previsto reunirse con su madre y su hermano, que viajarán esta mañana a la isla. Los dos familiares han visitado periódicamente a Rodrigo de Santos en la cárcel de Palma, donde recibe muy pocas visitas.

Ya hace meses que el recluso solicitó a la juez que le otorgara un permiso de salida. Sin embargo, el juzgado puso una condición para aceptar esta petición: que se sometiera en la cárcel a un tratamiento para controlar sus impulsos sexuales.