El juez José Castro volvió ayer a validar como prueba los correos electrónicos aportados al sumario por Diego Torres, el que fuera número dos del Instituto Nóos, una entidad sospechosa de desvío de fondos. Castro niega que los e-mails violen la intimidad de nadie y añade que todos los consultados al respecto, incluido Iñaki Urdangarin, han confirmado su autenticidad.

El instructor del caso Nóos dictó un auto donde desestima el recurso de Iñaki Urdangarin, quien pidió la nulidad de los correos como pruebas.

Mario Pascual, abogado del yerno del Rey, argumentó que Torres había entregado fotocopias de los mensajes, lo que impedía comprobar su autenticidad. De todas formas, un examen pericial informático de los e­mails solo hubiese permitido, de contar con los archivos originales, determinar la fecha y hora de envío, pero no su contenido ni los ficheros adjuntos, añadió el letrado.

Castro declara que los correos desvelados por Torres tienen el valor de un documento privado aportado por una de las partes a un sumario. No son equiparables, a efectos probatorios, con los mensajes obtenidos por la Policía tras el volcado de los ordenadores de Nóos, intervenidos en los registros judiciales, razona el auto.

El juez apostilla que no hay sistema, dado que lo entregado son simples copias en papel, para comprobar el origen de esos correos, ni su integridad. El único sistema para que sirvan como indicio es interrogar a las personas intervinientes o aludidas en las comunicaciones para ratificar o descartar su veracidad.

Castro asegura que ese método es el que se está utilizando en todos los mails obrantes en el sumario.

El magistrado resalta que todos los consultados a ese respecto, incluido el yerno del Rey, han revalidado la autenticidad de los mensajes.

Mario Pascual aconsejó, el pasado 23 de febrero, a su representado, que no respondiera a preguntas sobre los mails de Torres. Urdangarin, empero, hizo caso omiso del consejo y aceptó responder a cuestiones relacionadas con los mensajes.

Asuntos de trabajo

Otra de las alegaciones contra los correos era que Diego Torres estaba vulnerando el derecho a la intimidad de terceros, incluido el duque de Palma, al revelar comunicaciones donde él no había intervenido.

Esas presuntas lesiones contra un derecho constitucional conllevarían el nulo valor como prueba de los e-mails.

El auto rechaza esos resquemores sobre posibles intromisiones en la intimidad. No hay asuntos particulares o privados en los documentos -argumenta el magistrado-; todo son temas relativos al trabajo o a negocios u operaciones de carácter público.

El auto podrá ser apelado ante la Audiencia de Palma. Mario Pascual ya advirtió de que pensaba llegar ante el Tribunal Constitucional si la Audiencia no le da la razón. Manuel González Peeters, defensor de Diego Torres, ya ha presentado tres recursos de amparo ante el Tribunal Constitucional contra otros tres autos de la Audiencia.

Amnistía fiscal

El juez Castro también desestimó sendos recursos de las defensas de Torres y Urdangarin contra el oficio dirigido a la Agencia Tributaria para que informase de si ambos, o alguna sociedad o persona vinculada a ellos, se han acogido a la reciente amnistía fiscal.

La solicitud incluía a la mujer de Torres, Ana María Tejeiro, también imputada.

El juez afirma que Tejeiro debe ser investigada al respecto puesto que su marido la pudo haber usado para haber regularizado fondos opacos fiscalmente.