­Los números y los cálculos geométricos brotaron en la mañana de ayer desde todos los puntos de Balears. Los 3.434 estudiantes que participaban en la catorceava edición de las Pruebas Canguro se estrujaban el cerebro con la única ayuda del bolígrafo. No es para menos, y es que estos alumnos de Secundaria y Bachillerato se enfrentaron a una treintena de problemas de matemáticas para los cuales tuvieron que hacer acopio de fuerzas, razonamiento y lógica. Se trata de un concurso internacional donde participaron 70 centros de todas las islas. A nivel mundial se contabilizan más de 6 millones de estudiantes desafiando a las matemáticas.

"Ha sido más fácil de lo que esperábamos, ¿eh?", bromeaba uno de los participantes tras entregar su hoja de cálculos matemáticos. A su lado, un compañero, sin advertir el tono irónico, se giró y le miró incrédulo: "¿fácil? ¡¿pero qué dices?!", le contestó. Escenas como ésta se sucedían en el velódromo Palma Arena, mientras los más de 1.500 jóvenes allí congregados iban entregando sus ejercicios. En Maó, Inca y Manacor se vivieron episodios similares.

Joan Tugores y Tòfol Martínez, estudiantes de primero de Bachillerato del instituto Joan Alcover confesaban que "en clase habíamos practicado un poco". "Se trata -prosiguieron- de aplicar la lógica y pensar las respuestas, no son pruebas de empollar". Albert Bagés y Toni Torres, alumnos de tercero de ESO del Pius XII, aseguraban: "Ha habido preguntas difíciles que la clave estaba en razonar las posibles respuestas".

Alejandra y Alba, representantes del IES Bendinat, admitían que su fuerte no son las matemáticas. "Yo soy de letras, pero he decidido venir para poder relacionarme con otros estudiantes y probar una experiencia nueva", afirmaba Alba Plasencia. Y es que a este tipo de pruebas no van los número uno de cada curso. Daniel Ruiz, coordinador del evento, lanzaba un mensaje de aliento: "Aquellos que no son muy buenos en clase, aquí siempre tienen mejores resultados. La clave está en que los problemas no son los típicos, sino que son más de lógica, más de razonar". Según contaba este miembro de la Sociedad Balear de Matemáticas que organiza las pruebas junto a la UIB, había preguntas más "accesibles para todos" y mientras que otras eran "para mentes más inquietas".

Interés, ganas e ilusión

La mayoría de profesores reconocieron que no habían presentado a los mejores de la clase. Matías Cañellas, docente del Sagrat Cor, y Delia Pou, responsable de la asignatura de Matemáticas de Madre Alberta, coincidieron en la forma de seleccionar a los alumnos participantes: "Se han escogido los jóvenes con mayor interés, ganas e ilusión en participar. Los mejores de la clase de matemáticas no garantizan unos resultados óptimos en estas pruebas". Algunos profesores reconocieron que bastantes alumnos se apuntaron al desafío matemático para "evitar un día de clase".

Los participantes tenían que resolver 30 problemas tipo test que si los acertaban todos alcanzarían los 150 puntos. En ediciones anteriores hubo estudiantes que llegaron a la máxima puntuación. Sin embargo, la mayoría de los alumnos consultados ayer reconocieron a este periódico que no había conseguido culminar la totalidad de los ejercicios. En cualquier caso, hasta dentro de un mes no se conocerán los resultados. Corregir más de 3.400 exámenes no es tarea fácil. David Ruiz explicó que cuentan con un sistema informático que se encarga de ello.

Los premios van desde tres matrículas gratuitas en la UIB, pasando por juegos de mesa matemáticos y terminando por libros de magia matemática.