En la última edición de las mentiras de Bauzá, el president confiesa que ocultó sus negocios tanto al Govern como al Parlament, a la entidad que preside y a la que rinde cuentas. El ejercicio de contorsionismo que efectúa, para justificar la explotación de su farmacia, corona una nueva cima en su distorsión de la realidad. Según el president, su cargo público al frente de Balears "carece de funciones ejecutivas o de gestión". Tras la carcajada, sobreviene la estupefacción ante el hecho de que Bauzá se proclame president florero. Por un puñado de euros. Dos millones anuales, en concreto. Ni Matas ni Cañellas se habrían atrevido.

Tanto Montesquieu como el Estatut de Balears y la Llei 4/2001 resaltan las funciones ejecutivas de los Gobiernos, que no azarosamente se llaman "ejecutivos". Bauzá violenta la máxima norma estatutaria, con rango de ley orgánica, donde se lee que el president "dirige la acción de Govern". Tal vez el president pueda establecer la diferencia entre la "gestión" que niega y la "dirección" que tiene encomendada, aunque sea para justificar que la farmacia le aporta mucho más dinero que el Consolat. El triple, en concreto.

Para diluir la dura competencia entre la ignorancia y la mendacidad presidenciales, el Estatut añade que el president "nombra y separa a los miembros del Govern" y es "políticamente responsable ante el Parlament". Promulga asimismo las leyes y decretos que, en el caso de Bauzá, coinciden con los intereses de los negocios y el patrimonio que ha ocultado deliberadamente.

Por si la vergüenza colectiva de que el president del Govern firmara actas de una vinoteca en el Consolat no fuera suficiente, Bauzá empeora la situación al oponerse a la lógica elemental. El Estatut señala que el president "podrá delegar temporalmente funciones ejecutivas". Difícilmente podría delegarlas si no empezara por poseerlas, según niega el president amateur y carísimo de Balears.

Para mantener el flujo de ingresos que le permita afrontar su millonario e hipotecado tren de vida, Bauzá no duda en desprestigiar su cargo en el ejecutivo -como su propio nombre indica- balear. La Llei 4/2001 recuerda que "fija el orden del día de los Consells de Govern, dirige los debates" y "dirime los empates con su voto". Una indigestión de la gestión que niega, tras haber convocado a la policía berlinesa en su auxilio ejecutivo.

Pillado in fraganti, Bauzá ha traspasado sus sociedades a una funcionaria interina no afectada por los recortes, y que casualmente es su esposa. Despacha el Govern como un hobby muy caro. Sobre todo para los contribuyentes de Balears.