Nombra y destituye a los miembros del Govern, remite leyes al Parlamento, impulsa y ordena toda la acción de gobierno, decide las prioridades, vota en los consejos de Gobierno -que además no pueden celebrarse sin él-... Pero para José Ramón Bauzá, el presidente de Balears no es más que una figura institucional, sin ningún poder de decisión, al estilo del presidente de la República de Italia o del mismísimo Rey de España.

"El presidente de las Illes Balears, a diferencia de los consellers, ostenta únicamente atribuciones de representación y de dirección (estas últimas circunscritas a la coordinación de las funciones de los miembros del Gobierno). Contrariamente, carece de facultades ejecutivas o de gestión", asevera Bauzá, autoproclamándose un presidente de gobierno que no gobierna. La tesis del líder del PP aparece tal cual en un escrito en defensa propia de agosto de 2012, tras ser denunciado por PSOE y MÉS dos meses antes por sus incompatibilidades. El Govern abrió entonces un "procedimiento previo de carácter reservado", permitiendo a Bauzá que se defendiera, y le dio finalmente la razón.

En uno de los puntos, la oposición esgrimía que Bauzá no podía ser titular de una farmacia y a la vez presidente del Govern, y pedía que se le extendieran los efectos de la sentencia que inhabilitó por este motivo a la exconsellera de Salud del Pacto, Aina Salom (PSOE).

Bauzá alegó entonces que los el citado fallo judicial no era aplicable a sus circunstancias, y entre otras razones, argumentó: "En el caso del cargo de presidente falta esa conexión íntima y directa (que sí advierte la sentencia [de Salom] en el caso del conseller o cnsellera de Sanidad) entre las funciones públicas atribuidas y sus intereses personales".

Según el jefe del Ejecutivo autonómico, su figura "carece de potestades resolutorias -más allá del nombramiento y cese de altos cargos-, ni normativas, más allá de la organización de la Administración". En su alegato -en primera persona y que firma Bauzá, pero escrito claramente por alguien con conocimientos jurídicos-, el líder del PP concluye que "el poder ejecutivo de la Comunidad Autónoma no lo encarna el presidente, sino que reside en el consejo de gobierno". Precisamente por ello, y porque es parte imprescindible del mismo, Bauzá reconoce que las actuaciones del presidente en el seno de dicho órgano son "susceptibles de incidir en decisiones que puedan afectar a su esfera de intereses". Incluso recalca que el presidente "dirime con su voto los posibles empates", pero acto seguido se escuda en que "su capacidad decisoria se halla limitada por las reglas de formación de la voluntad" del mencionado órgano, ya que "los acuerdos del consejo de gobierno se adoptan por mayoría de los miembros presentes".

En otro de los argumentos, Bauzá acusa a la oposición de oportunismo político y de perseguir "espuriamente" su "cese como presidente", ya que "hasta el mes de mayo de 2012, pese al conocimiento general" de su "condición de titular de una oficina de farmacia, no se había puesto en cuestión" su "compatibilidad", dando a entender que la izquierda le podía haber denunciado antes de las elecciones, cuando él solo era candidato, aunque lógicamente no incurría en incompatibilidad. Bauzá reitera lo que viene diciendo hasta ahora, que desde que es presidente él se limita a administrar su farmacia "como mero patrimonio personal", lo que la ley sí permite.