„¿Qué significa para usted la entrada como académico numerario en la Real Academia de Medicina de Balears?

„Es un verdadero honor entrar en la Real Academia porque el acceso es muy limitado. Podré representar a los compañeros de este hospital y de mi especialidad en la institución. La participación de médicos de Son Espases dentro de la Academia no es muy abundante.

„¿En qué consiste la medicina intensiva?

„Es una especialidad que se ocupa de tratar y cuidar al enfermo cuya vida está en peligro, pero por el que vale la pena luchar. Hay gente que llega a la hora de su muerte y no son candidatos a entrar en una UCI. Sin embargo, nosotros nos ocupamos de los enfermos que tienen una esperanza de vida, por pequeña que sea. En estos 40 años de medicina intensiva en Mallorca solo ha habido una excepción: Enfermos que ya sabemos que no vivirán, pero son donantes potenciales de órganos.

„40 años de medicina intensiva dan para muchas historias.

„Yo formo parte de la primera promoción de residentes de la especialidad. La medicina intensiva nació en Copenhague a raíz de la epidemia de poliomielitis de los años 51 y 52. Los médicos interpretaban que los enfermos de polio morían porque el virus era tan potente que destruía el cerebro. Sin embargo, había otros pacientes que fallecían con el cerebro en buenas condiciones. Un joven anestesista, llamado Bjorn Ibsen, estaba convencido que el virus afectaba al sistema respiratorio y fallecían ahogados. Ibsen pidió poder realizar una traqueotomía y proporcionarles ventilación con una bolsa de anestesia. Todos los grandes médicos de la época le dijeron que estaba loco. Le dejaron hacer una única prueba a una niña de 12 años y consiguió salvarla. El problema era que tenían centenares de enfermos. Entonces decidieron reclutar a los estudiantes de medicina para ventilar a los enfermos. La mortalidad bajó del 87% al 26%, concentraron a todos los enfermos en una misma zona y ahí nacieron las Unidades de Cuidados Intensivos a nivel mundial.

„Usted llegó a Palma en el año 1976. ¿Qué se encontró en Son Dureta?

„La UCI se había abierto en el año 1974. Había un grupo de compañeros que trabajaban en el servicio pero no habían realizado una formación específica. Nosotros implantamos el trabajo en equipo que es vital para una UCI. En medicina intensiva no hay estrellas. La protagonista es la cadena de médicos y enfermeras.

„¿Cómo ha evolucionado la UCI en los últimos años?

„Si comparamos los recursos tecnológicos que teníamos al principio con los que tenemos ahora, hay un salto mortal. El conocimiento de por qué pasan determinadas cosas también ha mejorado muchísimo. Los recursos sanitarios y la formación continua ha sido vital para que la orquesta suene bien. Somos un equipo y desde los médicos a los celadores somos capitales. El gran cambio se produjo con la mejora del diagnóstico por imagen. En 1976 no había TAC, ni ecografías, ni la hemodinámica. Ello ha permitido diagnosticar antes y mejor y evitar el dolor del paciente.

„¿Cuántas personas pasan cada año por la UCI de Son Espases?

„1.500 al año. Conseguimos salvar unas 1.300 y solo mueren 200. Desde los inicios organizamos la UCI en unidades especializadas, como es el caso de la unidad coronaria que tiene una mortalidad mucho más baja. Los avances de la hemodinámica han cambiado el panorama en el caso de los enfermos de corazón. La mortalidad ronda el 2% gracias a la unidad de cirugía cardiaca que es una de las mejores de España. En otras unidades es más elevada. En la médica, donde van las pulmonías graves, shock séptico o meningitis, la mortalidad está en el 25%. En la unidad de trauma, donde van los atropellos con lesiones craneales, están sobre el 20% de fallecimientos.

„¿Cómo evitan que les afecten los dramas personales que cada día contemplan en la UCI?

„Acostumbrándote a vivir con esta presión. La interacción con las familias es muy importante. Cada día informamos a los parientes de la evolución de los enfermos sentándonos junto a ellos y siempre abiertos a dar toda la información cuando surgen casos peligrosos. Al crearse el programa de donación de órganos se dieron cuenta de que los intensivistas eran los mejor situados para pedir la donación. En un principio, por la tradición española, resultaba fuerte para las familias de un fallecido que les pidieras sus órganos. Se organizaron talleres para saber tratar mejor estas situaciones y nos han ayudado mucho a mejorar la sensibilidad y la comunicación. Cuando anunciamos la muerte de un familiar, en la mayoría de ocasiones, encontramos parientes que dan un ejemplo y trasmiten serenidad incluso al médico. También hemos vivido situaciones nada ejemplares, como lo ocurrido con una familia que agredió a unos cardiólogos cuando les comunicaron el fallecimiento de su madre.

„¿Hay personas que vuelven a nacer en la UCI?

„Sí. Recuerdo en los años 80 un caso de un joven que se ahogó en una piscina de Inca. Llegó a la UCI tarde, frío y en coma. La familia era de León y después de 4 meses en coma decidió trasladarlo a su tierra. La sorpresa fue que al cabo de un año y medio nos visitó andando por su propio pie. Fue una de las noticias más gratificantes que hemos tenido nunca. Otro caso fue el de un hombre que estuvo dos años en coma después de un accidente y ha llegado a hacer una vida normal. Una cosa que ha mejorado mucho ha sido la aparición del 061. La rapidez de actuación es fundamental.

„¿Qué es un shock séptico?

„Se produce cuando una persona tiene una infección -por ejemplo una pulmonía- y, por razones que no sabemos del todo, hay pacientes predispuestos a que su cuerpo sea incapaz de defenderse de la infección. La presión de la sangre cae en picado y empiezan a fallar en cascada un órgano tras otro. Es tremendo, pero no podemos hacer nada para ayudar al cuerpo a combatir la enfermedad. Tratamos la infección con antibióticos, pero llevamos 40 años buscando como ayudar a las defensas del cuerpo.

„¿Es cierto que la mayoría de pacientes no se acuerda que han estado en la UCI?

„Afortunadamente. En el caso del shock séptico tratamos de tener el enfermo dormido para que puedan resistir los tratamientos. Es normal que no se enteren.

„¿Las series de televisión relacionadas con la UCI o urgencias se parecen a la realidad?

„Algunas cosas sí, pero en la mayoría de situaciones no se parecen en nada. El vocabulario puede decirse que está bien utilizado. En cambio, lo que no es real es la dinámica de actuaciones que observamos en la televisión. En la UCI no vemos el despertar plácido de los pacientes de las series. El cerebro es un órgano muy sensible que sufre mucho cuando se ha padecido un shock séptico. El despertar debe ser controlado y con la ayuda de las familias.

„¿Han tenido que cambiar algunos procedimientos de actuación a raíz de nuevos descubrimientos?

„Antes intentábamos normalizar en el paciente todo aquello que estaba mal y ello nos obligaba a realizar muchas actuaciones. Con los años hemos visto que esta fórmula no era la adecuada. Hacer más no era hacer lo mejor. Hemos aprendido que hacer menos y no tan intenso ayuda más al paciente. Un ejemplo lo tenemos en las anemias que rápidamente tendemos a ponerles sangre. Hemos descubierto que esta hiperactividad, en ocasiones, hace daño al enfermo.