El catedrático de Geografía Humana de la UIB, Pere A. Salvà, pronunció ayer una conferencia titulada ´Hacia un turismo sostenible: del turismo depredador al de las experiencias´. El acto estuvo organizado por la Casa de Buenos Aires, con el objetivo de "estrechar los lazos históricos que existen entre nuestros pueblos", explicó su presidenta, Lizza Troilo.

Salvà abogó por cambiar el modelo de las ´s´ en el que se ha basado la principal industria de la Comunidad (sea, sand y sangría) por el de otras palabras que también empiezan por esta consonante, pero que resultan diametralmente opuestas: sofisticación, satisfacción y sensaciones. "El turismo sostenible se caracteriza por su viabilidad económica a largo plazo, la calidad del empleo, la calidad de vida para los residentes y la eficiencia en el uso de los recursos naturales", detalla Salvà.

Ejemplos hay en Mallorca. El excursionismo, el turismo del vino o el rural están íntimamente ligados a esos viajes de sensaciones. Aunque siguen siendo actividades minoritarias, van tomando cuerpo y los touroperadores hacen especial énfasis. Pere Salvà cita el ejemplo de TUI y las exigencias que impone a los hoteles que contrata relacionadas con la eficiencia energética y el cuidado medioambiental.

Precisamente, esta semana la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha adoptado una resolución histórica que reconoce en el ecoturismo un elemento clave para la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente y la promoción del desarrollo sostenible. La resolución insta a los Estados miembros de las Naciones Unidas a adoptar políticas que promuevan el ecoturismo, subrayando sus "efectos positivos en la generación de ingresos, la creación de empleos y la educación".