El decano de las organizaciones sociales en las islas valora la movilización conseguida durante la jornada del miércoles e insiste en que fue un "éxito de la dignidad".

„¿Realmente esperaba una manifestación tan multitudinaria?

„La verdad es que no. Creo que hemos batido un récord histórico en Balears. Pero pienso que también hubo un alto seguimiento de la huelga. No solo estamos muy satisfechos con el resultado de la manifestación. Pero en esta última se sumaron muchos factores. A mi me gustaría destacar la presencia de varios miles de inmigrantes, que han enriquecido este país y a los que ahora no podemos dejar tirados como una colilla, y nunca había visto a tantísimos jóvenes que ven como su futuro está amenazado.

„Igual es que los periodistas somos todos muy malos, pero parece existir una cierta unanimidad respecto a que el apoyo a la huelga fue débil.

„Nuestro objetivo no es hacer que cierre un autónomo o un pequeño negocio si no sale de ellos. Lo que buscamos es que secunden la huelga los ferrocarriles, los autobuses, el metro, la construcción, los hoteles, las grandes empresas... Nosotros no queremos perjudicar a las cafeterías o las pequeñas tiendas. Lo que buscamos es que los trabajadores sean conscientes de que si no hacen la huelga ahora, en el futuro quizás no puedan hacerla porque estarán en el paro después de que se les haya aplicado la reforma laboral. Yo vi eufórica en nuestra gente de sanidad o educación. Y muchas personas no fueron a comprar o no llevaron a sus hijos al colegio. Por eso después se registró una gran manifestación. Los sindicatos solos no podemos conseguir una movilización tan amplia, sino que es fruto de toda la sociedad. Se logró porque el mensaje ha ido calando. Esto no es un éxito solo sindical. Nosotros no movemos a tanta gente, hablando en plata.

„Algo excepcional hubo ayer además de las cifras, como fue la imagen del presidente de una patronal (Bernat Coll, de Pimeco) apoyando una convocatoria sindical.

„Nos ha devuelto la visita, porque nosotros respaldamos la concentración que organizaron las patronales de comercio el pasado día 30. Con lo que les han hecho con la liberalización de horarios y subida de impuestos, muchas empresas de este sector se van a ver obligadas a cerrar a principios del próximo año si la Navidad les va mal. Lo que esta sucediendo no atenta solo contra los trabajadores, sino contra toda la sociedad. Los únicos que se están beneficiando son los poderes económicos fuertes, que son los que nos han llevado a esta situación.

„¿Sirve de algo movilizarse cuando las decisiones ya no se toman en Madrid, sino en Bruselas o Berlín?

„Si de algo estoy satisfecho es de la movilización que se está registrando en el conjunto de Europa. La única salida de esta crisis es apostar por Europa, pero no la de la imposición, sino la de la negociación y la del Estado del Bienestar común. Si no, la UE se irá al garete en dos o tres años.

„¿La imagen de los sindicatos se refuerza o solo se deteriora más lentamente que la de la clase política?

„Seguimos teniendo ataques y estamos en el ojo del huracán. Se sigue diciendo que vivimos del cuento y de las subvenciones, cuando no es verdad. Los sindicatos somos los responsables de que en este país haya existido una gran clase media, gracias a la negociación colectiva y a los convenios que hemos pactado.

„¿No tiene el temor a que la ciudadanía se radicalice, o el riesgo es el contrario, de que se dé por vencida?

„O los sindicatos llevamos el control de estas movilizaciones, o comenzarán a salir grupos violentos. El problema es que los que ya están desesperados tienden a esa radicalidad. Y esa es una reflexión que deben hacer el Gobierno y las patronales: existe el riesgo de que los antisistema sigan creciendo. Nosotros apostamos por la negociación. Van a pasar las dos cosas: gente que se agote y otros que se radicalicen, y los sindicatos nos vamos a encontrar en medio.