La estacionalidad va más allá de los efectos que conoce todo el mundo: los hoteles y comercios cerrados, las calles vacías, la sensación de hibernación. Aparte de todo eso, la estacionalidad conduce a veces a experiencias casi extrasensoriales bastante curiosas. Lo contaba el otro día un matrimonio que vive todo el año en una céntrica calle de Santa Ponça. En temporada alta, por la ventana les llega el ruido de tráfico, de los bares de enfrente y de los turistas que se retiran al hotel tras una noche de marcha. La semana pasada, el vecino calvianer salio a su balcón. Pasaban unos minutos de las diez de la noche. Cuando entró al apartamento, le dijo a su mujer: "¡No se oye nada! ¡He podido escuchar lo que es el silencio!".

Movimientos sigilosos de futuros candidatos

Próximamente, se esperan movimientos en la trastienda política de Calvià. En unas semanas, puede darse a conocer un nuevo líder (y futuro candidato a la alcaldía, por tanto) de un partido de signo progresista.