­"No ha hecho falta", aseguró ayer Rafael Bosch, que el presidente del Govern le haya tenido que pedir explicaciones sobre sus excursiones a Cabrera con cargo al Govern. El propio conseller de Educación se las dio "personalmente en Londres", donde ambos participaban en la World Travel Market. En cuanto a su compañero de barca y comilonas, Biel Company, ha actuado "evidentemente igual".

Que -oficialmente, ojo- José Ramón Bauzá no haya llamado a capítulo a los dos consellers por sus andanzas en el parque nacional, no significa que el presidente comparta sus aventuras acuáticas por dos veranos consecutivos en la isla protegida, con langosta regada de Moët & Chandon. Y mucho menos, a juzgar por el silencio presidencial, la ridícula defensa ideada por Bosch: que para ahorrar gastos al Govern de los ajustes, todo un conseller se sumerge, cámara en mano, para filmar una vez al año los peces de Cabrera durante "45 minutos". A este ritmo, Bosch necesitará otra legislatura para tener listo el famoso audiovisual y que "las futuras generaciones aprendan a respetar" el paraje idílico de Cabrera.

Difícil defensa

Desde que Diario de Mallorca desvelara el jueves las escapadas al parque de Bosch, Company, el doctor Kovacs y un sinfín de altos cargos amiguetes -la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, desmintió ayer a este periódico haber sido una de las invitadas VIP, como se ha especulado-, el Consolat guarda un mutismo absoluto. Ni siquiera cuando Bosch se ha hecho célebre en las redes sociales -y en cualquier tertulia de bar- con su vídeo educativo, ha salido Bauzá a respaldar una defensa tan débil y "patética", a decir del GOB. "Sé que tienen mucho interés, pero no habrá declaraciones", se escabullió ayer risueño el presidente ante los periodistas.

¿Con qué cara el Govern que recorta prestaciones y servicios, echa a empleados públicos a la calle y sube los impuestos en contra de su propio electorado iba a defender que dos de sus consellers se vayan de farra a Cabrera con personal y barcas públicas? ¿Qué autoridad moral tiene para despedir ahora a más del 60% de la plantilla de Semilla (la empresa pública de Agricultura) la Conselleria a cuyo titular le llueven palos por ostentoso?

El jueves, a medida que pasaban las horas y crecía la crispación ciudadana, Company y Bosch seguían parapetados, sin querer entender que con la que está cayendo, no solo la ética, también la estética es primordial. Ambos consellers jugaban entre ellos a ver quién de los dos daba primero la cara y se llevaba el golpe. Porque el presidente tuvo claro desde el principio del triste espectáculo que sus protagonistas, y solo ellos, tendrían que apechugar con el marrón. Como si con su farmacia, los hoteleros a degüello, el rosario de imputados de Over Marketing o el pulso de José María Rodríguez, Bauzá no tuviera bastante con su propio desgaste.

La actuación presidencial al estilo Pilatos, y algo falta de piedad, también oculta cierto resentimiento hacia los dos ´vividores´. Bauzá sigue de cerca los movimientos en las catacumbas de aquellos que le quieren mover la silla en las próximas elecciones, y sabe que bajo el lema ´esto se va a pique´, Biel Company se deja querer por su padrino Biel Cañellas y cada vez más alcaldes rebeldes. En cuanto a su viejo profesor Bosch, el presidente del Govern cada vez le considera más alejado de su causa españolista, por supuesto con la inestimable ayuda de Carlos Delgado, que ríe entre bastidores.

Sin darles la espalda del todo, Bauzá se ha desentendido esta semana de sus dos consellers caídos en desgracia. Company y Bosch reaccionaron al fin, pero la liaron aún más. El primero admitía la langosta -"en Cabrera se suele comer pescado, no lechona"- que horas más tarde Bosch decía no haber encontrado en su plato; Company negaba haber usado medios públicos -"es mentira"-, pero le desmontó la posterior confesión del conseller de Educación -"fuimos en la barca pública de Cabrera"-. Al no poder desmentir los hechos, usaron torpes evasivas. Pese al revuelo armado, los dos consellers continúan emperrados en su comportamiento ´intachable´. Quizá alguna foto incómoda les devuelva a la realidad.