"En Cabrera siempre había habido alguna comida o cena de políticos, y es memorable la escenita de un alcalde mallorquín paseándose por la playa con unos calzoncillos con una trompa de elefante, gritando de la borrachera que llevaba... Pero esto de ahora, a este nivel, no había pasado nunca". Fuentes del parque nacional marítimo-terrestre tachan de "vergonzoso, con la que está cayendo, que los mismos gobernantes que están echando a gente a la calle y recortan las partidas en Sanidad y Educación se dediquen a ir de excursión a Cabrera con cargo al erario público".

"Se veía venir", añaden, en alusión al traspaso de la gestión del parque a la Comunidad por parte del Estado, el 1 de julio de 2009. Desde entonces el Govern balear tiene plena autonomía de gestión sobre el parque, como lo demuestra el hecho que desde la conselleria de Medio Ambiente se destina material, personal y recursos públicos para organizar visitas de políticos y personalidades VIP. Las fricciones entre los funcionarios que dependían del ministerio y los actuales responsables de la empresa pública Espais de Natura Balear -encargada del día a día de Cabrera- son constantes, entre otros motivos, por las excursiones y los guateques de los miembros del Govern y sus invitados.

El conseller de Educación y Cultura, Rafael Bosch, ha ido por lo menos en dos ocasiones desde 2011 junto al conseller de Medio Ambiente y Agricultura, Biel Company, a navegar por aguas del islote. La jornada de descanso se complementa con actividades de buceo y un buen almuerzo en las instalaciones del pequeño puerto natural de Cabrera, actividades que son conocidas por el personal que trabaja en el parque y la dirección del mismo. Bosch y Company degustaron langosta y champán del bueno, de la prestigiosa marca francesa Moët & Chandon, aunque la última vez que fueron se mostraron más comedidos y el menú fue más sencillo.

Pesca controlada

La pesca en Cabrera está muy restringida, solo un reducido grupo de pescadores tiene permiso para faenar en las aguas del archipiélago, alguno de los cuales es el proveedor de las langostas que han saboreado Bosch y Company, han explicado a este periódico fuentes del parque nacional, ya que en ocasiones el propio pescador ha cocinado los crustáceos, aunque en otras el encargado de preparar el almuerzo ha sido un cocinero que trabaja en la cantina de Cabrera, a sueldo del Govern.

Las veces que Bosch y Company han utilizado personal y medios de transporte públicos para ir a la isla y pasearse por ella no lo han hecho solos, sino acompañados por otros altos cargos del PP de su confianza. Con ellos Bosch ha buceado en una zona algo apartada de las miradas de turistas o visitantes particulares que también acuden al parque. La jornada en Cabrera se ha alargado hasta entrada la noche.

En el caso del doctor Francisco Kovacs, que tiene buenos contactos en el gabinete del presidente José Ramón Bauzá, fuentes de Cabrera denuncian que supuestamente ha entrado en barcas de titularidad pública en zonas de acceso controlado por ser reserva de especies animales para su especial protección y conservación. Para ello Kovacs parece que cuenta con autorización directa al más alto nivel del Govern, pese a las quejas de personal de Medio Ambiente que trabaja en el parque.

Hay empleados medioambientales que protestan por tener que descuidar sus funciones para atender las peticiones de los ´visitantes estrella´ de Cabrera. Por cierto que algunos de los trabajadores públicos del parque han sido obligados a firmar una cláusula de confidencialidad, para impedir que divulguen lo que ocurre en el interior del parque nacional, como estas estancias de altos cargos.

La Conselleria de Biel Company, de quien depende la gestión de Cabrera, no solo prepara las excursiones de miembros del Ejecutivo, sino también las de otras personalidades o autoridades que quieren pasar un día en la isla, en ocasiones incluso con su familia al completo. Los gastos de desplazamiento, así como los de manutención una vez en el parque, han ido a cargo del Govern.

Necesaria discreción

Aunque todavía conservan un cierto carácter ´secreto´, en el PP balear estas visitas o "saraos" son conocidos por algunos miembros. Algún que otro alto cargo del Ejecutivo ha cuestionado la conveniencia de seguir destinando medios y personal de la conselleria de Company para actividades privadas, por temor a que se convierta en una costumbre demasiado habitual y termine siendo perjudicial para la imagen del Govern, debido a los continuos despidos de plantilla y ajustes presupuestarios.