El Govern exigirá más a los ciudadanos para cuadrar el desfase de sus cuentas. Otra vez. Pese a la mayor subida de IVA jamás decretada (la de septiembre), el incremento de IRPF aprobado por Mariano Rajoy en enero, el aumento de tributos en hasta el 40% a algunos autónomos y la creación por parte del Govern Bauzá de nuevos impuestos como los 4,8 céntimos que se cobran por cada litro de combustible, la maquinaría pública balear quiere más. Mucho más. Y mucho más tendrá: el Govern del PP aprobará mañana unos presupuestos para el año 2013 que siguen la misma senda de incremento de la carga fiscal que recorren el resto de comunidades, senda que, por cierto, discurre justo en dirección contraria a la que defendían hasta este año el Partido Popular y el propio José Ramón Bauzá.

El cambio viene forzado por la resistencia de algunos consellers a aplicar recortes aún más drásticos. Dos planes de ajuste muy ambiciosos y unos presupuestos afeitados en extremo (los actualmente en vigor) han dejado a algunas consellerias exhaustas: ahogadas por falta de recursos y estranguladas por compromisos de pago a los que no pueden hacer frente. De ahí el vigor con el que algunos consellers han frenado nuevos tijeretazos en sus áreas, en las que veían que, una vez eliminada del gasto público la grasa, aplicar más cuchilla afectaría al músculo que sostiene los servicios básicos.

Esa pelea interna es realmente la razón que está detrás del retraso en la aprobación de las cuentas, que llegarán fuera de plazo: el límite legal acababa el martes, pero los presupuestos 2013 no verán la luz hasta mañana. Oficialmente el Govern explicó la pasada semana que la demora obedecía a la tormenta desencadenada por la dimisión de Antoni Mesquida como conseller de Sanidad, pero lo cierto es que la pelea por los recursos contribuyó decisivamente al retraso.

Tanto es así que este martes, con el plazo cumplido, las consellerias aún negociaban mejorías. Y algunos las lograban. Es el caso de Sanidad, que con Mesquida se veía ante un recorte brutal de 200 millones, y con el nuevo conseller, Martí Sansaloni sufrirán un varapalo menor, 150 millones de ajuste que dejarán el presupuesto del IB Salut en 1.100 millones. ¿Qué desencadenó el cambio? Pues que ante las reticencias insalvables de los consellers, el vicepresident económico, Josep Ignasi Aguiló, desempolvó su plan b, la opción que menos le gusta: aumentar impuestos, evitando así recortar más los gastos.

Por ahí resucita el impuesto de patrimonio, que dejará 29 millones. También aparecen tributos ecológicos, como el que cobrará por el uso de envases de plástico, y el que busca recaudar hasta 10 millones entre las grandes superficies. A esto se une la creación de nuevas tasas y la fuerte subida de otras, como el 20% de aumento al canon de saneamiento que se paga con el recibo del agua. Así que Aguiló hará lo contrario que defendió y lo más opuesto a sus tesis liberales: cargar otra vez sobre el ciudadano la factura del ajuste público. Aunque no todos los ciudadanos pagarán igual: esta vez pagarán más quienes más tienen. Empezando por un impuesto de patrimonio que afecta solo a los ciudadanos adinerados. Estos son los tributos que vienen:

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El Govern cede un año después

y se prepara para aplicar el impuesto de patrimonio de Zapatero, que solo pagan quienes tienen más de 700.000 euros

La estrella del nuevo paquete fiscal es el mismo impuesto de patrimonio que el president Bauzá se ha resistido a cobrar desde que José Luis Rodríguez Zapatero lo recuperó en los últimos meses de su mandato. "Somos, con Madrid, la única comunidad que no lo cobra todavía", se justifican en Economía, donde recuerdan que hasta la Comunidad Valenciana, la otra autonomía que este año no lo recaudó, ha dado marcha atrás y lo exigirá en 2013. Balears se quedaba así como la única región entre las que han pedido el rescate por no poder hacer frente a sus pagos que se permitía el lujo de renunciar a los 29 millones que reportará el impuesto.

De ahí el cambio de rumbo, que es drástico. Porque hasta ahora el mensaje era solo uno: el impuesto de patrimonio, incluso en la versión solo para potentados de Zapatero, es injusto porque cobra dos veces por los mismos bienes y carga el saneamiento de las cuentas públicas al ciudadano, en vez de eliminar los gastos excesivos y duplicados de la administración. La hemeroteca confirma el vuelco: "Nosotros queremos bajar los impuestos para evitar que sean los ciudadanos los que tengan que pagar más y activar nuestra económica de otro modo", llegó a afirmar Bauzá cuando Zapatero anunció, en 2011, la vuelta del impuesto de patrimonio que él mismo había suprimido en 2008.

El giro perjudica a 6.000 baleares que disponen de más de 700.000 euros de patrimonio libre de cargas hipotecarias, empezando por el propio Bauzá, que corrige el rumbo para buscar un esfuerzo más solidario en la salida de la crisis. Aunque tanto el president como el resto de españoles más acaudalados (se libran únicamente los madrileños) solo pagarán el tributo en 2013: Zapatero aprobó el impuesto para dos años. Si el Gobierno Rajoy quiere seguir aplicándolo, deberá prorrogarlo.

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Economía lanza impuestos ecológicos que gravarán indirectamente el consumo

Con el consumo en mínimos tras la subida de IVA ordenada por Mariano Rajoy, el Govern seguirá tensando la cuerda. Para ello ha cocinado varios impuestos que vende con la etiqueta de "ecológicos". Uno afectará a las grandes superficies, entre las que pretende recaudar hasta 10 millones de euros. Y hay más: como Andalucía y Cantabria, Balears pondrá en marcha un tributo sobre los envases y las bolsas de plástico. Dentro del paquete ecológico no estará en cambio el impuesto de emisiones que el Pacte intentó aprobar en 2010: ese tributo, al que el anterior Govern atribuía la capacidad (probablemente exagerada) de recaudar 80 millones al año, se iba a imponer a las compañías que emitiesen gases de efecto invernadero (caso de Gesa, Repsol o Campsa) y a las que utilizasen el espacio radioeléctrico (todas las telefónicas). El PP se alió con UM para tumbarlo con un argumento que ahora no aplica a sus propios impuestos ecológicos: ese tipo de tributo a empresas acaban trasladadas al consumidor en el precio. Porque justo eso es lo que pasará con el impuesto de grandes superficies y el de envases: que lo pagarán los consumidores, como la subida del IVA. Así se explica el rechazo de los comerciantes y las grandes cadenas de distribución.

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Avalancha de tasas: subirán un 20% algunos cargos, como el canon de saneamiento que se paga con el recibo del agua

La electricidad casi ha duplicado su precio en apenas cinco años. Y ahora le toca al recibo del agua: el Govern subirá el canon de saneamiento, que las familias pagan cada mes junto con la factura de abastecimiento de agua. No es la única carga que disparará su coste para lastrar el presupuesto familiar: Economía ha diseñado un agresivo plan de subida de tasas. Siguen así los pasos de casi todas las comunidades, que en los últimos días han presentado fuerte incrementos fiscales. Sin ir más lejos, ayer mismo la presidenta manchega y secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, hacía pública su intención de crear o subir 320 nuevas tasas. El plan del Govern Bauzá no alcanza ese nivel de agresividad, gracias a que Balears no tiene las cuentas públicas tan agujeradas como Castilla-La Mancha.

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La mejor noticia: Balears se libra del copago de un euro por receta que ya aplican Cataluña y Madrid

En unos presupuestos que estarán necesariamente marcados por la austeridad y los esfuerzos a los que obliga, cuesta encontrar lecturas positivas. Se prevén ajustes durísimos en todos los departamentos, que serán menos sangrantes en las áreas consideradas especialmente sensibles por el Govern Bauzá (Sanidad y Educación). Por ello, las buenas noticias vendrán exclusivamente por el lado de lo que no se hará. Y ahí entra en juego el copago: ayer Madrid anunciaba que se une a Cataluña y cobrará a los enfermos un euro por receta. Balears no lo hará, al menos por ahora. Pese a que la comunidad sufre un déficit sanitario de 200 millones y afrontará recortes en Salud por valor de 150 (equivalente a lo que gastan al año el hospital de Son Llátzer y el de Manacor juntos), el IB Salut no cobrará un euro por receta, según aseguran en fuentes económicas, que recalcan dos ideas: aunque el sacrificio exigido es grande, con las cuentas que se aprobarán mañana se busca repartir la carga de un modo solidario, de cara a mantener los servicios básicos. "Son unos presupuestos duros, pero equilibrados", subrayan, conscientes del esfuerzo que se pide.