El matrimonio de Llucmajor que denunció a un joven por presuntamente haberle engañado para apoderarse de su millonario patrimonio inmobiliario, tras convencerles de que firmaran escrituras de donación, no solo perdería todos sus bienes, sino que además debería pagar casi seis millones de euros en concepto de impuestos. Para demostrar que fueron engañados por lo absurdo y perjudicial de esta operación, los abogados de la pareja, representados por el bufete Valdivia-Campaner, han presentado al juez Florit, que tramita la denuncia contra el joven Luis R.T.B. y su madre, un informe técnico elaborado por un experto asesor fiscal, que detalla la carga impositiva de esta operación.

Los hechos ocurrieron hace dos años. Según el matrimonio, que no tiene hijos, el joven les engañó y les convenció para que acudieran a tres notarios distintos para suscribir unas escrituras de cesión de bienes. Sostuvieron que el joven les dijo que si le cedían sus propiedades podría ayudarles a venderlas sin pagar impuestos y les prometió que las nuevas escrituras estarían siempre metidas en un cajón. Cuando descubrieron que el joven ya había intentado vender una casa delante del mar en ses Covetes, a través de una permuta, se dieron cuenta del engaño y le denunciaron. Las escrituras por la cesión de estos bienes se realizaron entre el 12 de mayo y el 20 de junio en notarias de Palma. La pareja donaba sus bienes, incluida su propia casa, al joven y a su madre, sin ninguna prestación a cambio. Madre e hijo fueron detenidos por la Policía, pero después quedaron en libertad con cargos. Inicialmente se denunció que el valor aproximado del patrimonio de esta pareja de Llucmajor rondaba los 200 millones de euros. Sin embargo, un perito que ha realizado una valoración actual ha rebajado la cifra hasta los 38 millones. El joven, que afirma que la pareja quería nombrarle heredero, en estos momentos es el dueño de un total de 15 propiedades inmobiliarias.

Tres de ellas fueron cedidas por el marido, mientras que el resto las donó la mujer. Entre los bienes destaca una casa situada en el pueblo de Llucmajor, que es la vivienda habitual de los cónyuges. En el caso hipotético de que no se anulen las escrituras, el joven podría obligar a instar a la pareja a que abandone su casa. De momento, el juez ha congelado las escrituras mientras se resuelve el pleito.

Sin duda, el bien inmobiliario más valioso propiedad del marido de Llucmajor es la finca rústica denominada Goronda, que está ubicada en la zona de s'Estanyol. Dispone de 532 hectáreas y es una de las fincas más extensas de Mallorca. Este terreno lo heredó el esposo tras la muerte de su madre en el año 1979. En la escritura de donación a favor del joven Luis R.T.B. se valora esta propiedad en 4.300.000 euros. Sin embargo, según el informe del perito, esta valoración no es correcta. La tasación que ha realizado un técnico arquitecto la valora en más de 28 millones de euros, teniendo en cuenta que en estos momentos es rústica. Si en un futuro cambiara la calificación urbanística del suelo y pasara a ser urbano, el precio se multiplicaría por varios ceros. El informe detalla que el hombre, solo cediendo esta finca, debería pagar en impuestos casi un millón de euros.

La mujer tiene a su nombre muchas más fincas que su esposo (casi todas recibidas en herencia), pero no tienen tanto valor como Garonda. Dispone de propiedades en cala Sant Vicenç, ses Covetes, un apartamento en Portals, dos casas y siete fincas rústicas en Campos. Según el informe pericial el otorgamiento de una escritura de donación, como sería el caso de este matrimonio de Llucmajor, supone el pago de tres impuestos. Se debe pagar el impuesto sobre la renta de las personas físicas, el tributo por el incremento del valor de los terrenos (plusvalías municipales) y, por último, el impuesto sobre sucesiones y donaciones. Se da la circunstancias, y así lo especifica el informe, que en cuatro de las escrituras se detalla que el matrimonio se compromete a satisfacer todos los gastos de tramitación, incluidos los impuestos, hasta su definitiva inscripción en el registro de la propiedad.

El joven, en unas recientes declaraciones realizadas a los medios, señaló que nunca intentó engañar al matrimonio de Llucmajor. Se limitó a cumplir su deseo, que era nombrarle a él heredero de todos sus bienes. El joven, a pesar de su corta edad, figura como directivo de empresas y afirma que es millonario y que forma parte de la más alta sociedad mallorquina.