Los hasta ahora presidentes de la Lliga Regionalista de Baleares, Jaume Font, y Convergència per les Illes, Josep Melià, han presentado el nuevo partido que nace de la unión de ambas formaciones que han definido como de centro, autonomista, dialogante y con presencia en las cuatro islas.

"Queremos ser alternativa aunque no vamos contra nadie", ha asegurado sobre las aspiraciones políticas del nuevo partido Font, que presidirá la gestora formada por trece personas que regirá la formación hasta la celebración dentro de unos seis meses de su congreso constituyente, donde se aprobarán sus estatutos.

Melià, vicepresidente de la gestora, ha asegurado que el nuevo partido, cuyo nombre está por elegir y se dará a conocer dentro de un mes, aspira a ser "un proyecto político solvente, consistente y que dé respuesta adecuada a los retos de la sociedad balear".

Aspira a aportar ilusión a una sociedad desencantada con la política y será una formación "que se caracterice por la prudencia" y huya de extremismos.

El rasgo esencial del partido será el autonomismo, que Melià ha definido como tener por prioridad la defensa de los intereses de las Islas Baleares, la lengua, la cultura, las tradiciones y las costumbres propias y aspirar a las máximas cuotas de autogobierno dentro del marco constitucional y estatutario.

Partiendo de la moderación y la sensatez, el nuevo partido se opone a la recentralización y "el ataque al estado de las autonomías" que se está acometiendo en estos momentos, ha asegurado Melià, que ha dicho que uno de sus objetivos será "reconducir la injusticia de financiación que históricamente han padecido las Islas Baleares".

Font ha hecho suya la reivindicación de un "régimen fiscal y económico" especial para Baleares como pidió el expresidente de Baleares, Gabriel Cañellas, en el primer debate de las autonomías que se celebró en el Senado en 1994, y ha asegurado que el tiempo ha demostrado que si lo piden PP o PSOE en Madrid "no funciona" porque las compensaciones a la insularidad no han cambiado nada desde entonces.

El hasta ahora presidente de la Lliga ha remarcado que reactivar la economía no es posible sin "arreglar el desequilibrio económico que sufre esta tierra".

Font ha calificado como "una pesadilla" la política del Govern del PP y ha afirmado que "poner el acento sobre la presión fiscal o de forma reiterada sobre los recortes no es suficiente para que haya cohesión social". También ha acusado al partido que abandonó en octubre de 2010 de abrir brechas y "casi perder las señas de identidad o querer taparlas".

Considera imprescindible abrir un debate sobre el papel de instituciones como los consells, eliminar duplicidades y no perder los avances logrados en el Estado del Bienestar, así como "no poner pegas a la sociedad productiva y los emprendedores".

Ha insistido en la vocación interinsular del partido y ha dicho que hasta ahora "ha habido un mal centralismo mallorquín sobre Ibiza, Menorca y Formentera" que ha impedido entender lo que verdaderamente significan la doble y triple insularidad.

Sobre la posibilidad de que el alcalde de Manacor, Antoni Pastor, expulsado del PP, se integre en el nuevo partido, Font ha dicho que se le ha comunicación la creación del mismo y "ha sido correctísimo" pero por él momento "tiene unas prioridades que inicialmente pasan por Manacor".

"Estaremos encantados de que Pastor pueda venir a este proyecto y todo el que crea en un partido de centro autonomista", ha expresado.

Las ejecutivas de la Lliga y CxI aprobaron ayer la unión, si bien los dos miembros de Més Acció de Campos que tienen un acuerdo con la Lliga en dicha localidad no asistieron a la reunión de su consejo general donde la fusión obtuvo 27 votos a favor, 2 abstenciones y un voto en contra.

El partido nace con el apoyo de los cuadros municipales elegidos el 22 de mayo de 2011, tanto de CxI (con 60 regidores) como de la Lliga (con 15). Font ha recordado que ambas formaciones juntas suponen "casi el 7 %" de los votos en aquellas elecciones y ha asegurado que el nuevo partido aspira a ocupar políticamente "un espacio enorme de moderación" que está vacante.

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