-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿En qué película pensaba cuando redactó la sentencia del ´caso Andratx´?

-Haciendo memoria, y sin el mismo grado de truculencia, pienso hoy en La caja 507, de Enrique Urbizu, con el trasfondo de corrupción urbanística.

-¿Tenía conciencia de hacer historia?

-Tenía claro que era un juicio importante, retransmitido íntegramente. Hasta los periodistas madrileños se dignaron a venir a colonias. Fue un asunto pionero en España.

-¿En Mallorca hay más corrupción o se ha perseguido más?

-En apariencia sí hay más, porque recibimos mucha información, pero no disponemos de criterios de comparación con otros sitios para afirmarlo categóricamente.

-´El secreto de sus ojos´ dibuja a un juez que va al despacho con raqueta de tenis.

-Es un clisé, en una película muy buena. Juzgar es un trabajo exigente y muy responsable, donde lo duro es decidir. Quien no sabe tomar decisiones, no puede ser juez.

-Un buen juez no ha de ser de derechas ni de izquierdas, sino de Francisco de Vitoria.

-Estoy en la Francisco de Vitoria desde hace veinte años por una cuestión sentimental. Ideológicamente estaría más cerca de otra, que no es la Asociación Profesional de la Magistratura. Un buen juez ha de tener convicciones políticas y sociales, no puede separarse la función jurisdiccional de la ideología.

-¿Se sienten ustedes dioses?

-No. La sensación de poder es indiscutible, al decidir sobre la libertad, el patrimonio o el honor de personas. Sin embargo hay mecanismos correctores, empezando por la revocación que no es un trago agradable. Además, la realidad te pone en tu sitio, y cada vez es más cruda. Si no eres idealista de veinteañero, nunca lo serás, pero a los 52 años soy mucho más pragmático.

-En ´La hoguera de las vanidades´, Brian de Palma hizo una audición al juez real en que se basa la novela.

-Yo podría hacer de juez en una película, me encantaría. He tenido alguna experiencia en ese campo, pero preferiría interpretar a un abogado, que es un papel mucho más agradecido y brillante. En un juicio, soy natural y nada hierático.

-¿Qué actor interpretaría a Baltasar Garzón?

-Sólo el propio Garzón podría hacerlo.

-¿Cuál es el mayor error judicial en el cine?

-Tal vez sea por la animadversión genérica que me inspira su cine, pero Amenábar da en Mar adentro una imagen de los jueces de la Audiencia de La Coruña como indolentes que pierden el tiempo. El abogado de Ramón Sampedro alega que España es un país "laico", cuando es "aconfesional". Muy de buenos y malos, nada sorprendente para quien haya visto Agora.

-¿Una película mejoraría la imagen de los jueces?

-Si frivolizamos, puede mejorarla Tacones lejanos, donde Miguel Bosé era un juez muy guapo y que actuaba con playback en un cabaret. Me quedo con la jueza Chacón en No habrá paz para los malvados, también de Urbizu. La carrera judicial es de las mujeres, los hombres quedaremos reducidos a una anécdota.

-Decenas de películas contra la pena de muerte no han curado a Estados Unidos.

-No lo puedo entender, Estados Unidos y Japón la conservan. Yo no hubiera sido juez con pena de muerte vigente, no podría firmarla. Y hablamos de mantener a una persona durante 25 años en el corredor de la muerte, para ejecutarla finalmente. En cuanto a la cadena perpetua, ahí está la película del mismo título.

-´Rashomon´ demuestra que los testigos no sirven.

-Es una película que todos los operadores jurídicos deberían ver o repasar. Carlos Gómez la utilizó en una iniciativa de multiculturalidad del Consejo General, para demostrar que una misma realidad puede tener diversas interpretaciones. A quienes les dé pereza, pueden revisar La vida por delante, de Fernán Gómez, donde Analía Gadé y Pepe Isbert ofrecen versiones contrapuestas de un mismo accidente de tráfico.

-¿Por qué han huido los jueces en masa de las secciones penales de la Audiencia de Palma?

-No hemos huido, pero hay dos secciones penales y se ha multiplicado por diez el número de juzgados de Instrucción. La carga es insoportable. Mi decisión se debió a que no podía seguir absorbido por mi trabajo 24 horas diarias, durante seis días a la semana. Este año me he matriculado en italiano.

-Una profesión solitaria, en cualquier caso.

-No, el juez es un ciudadano más, con opinión y beligerante, que puede acudir a actos reivindicativos de protección del medio ambiente. Yo lo he hecho, y me manifestaría en defensa del Estatut. Hablo catalán, convivo con una mallorquina, llegué por primera vez a Mallorca coincidiendo con "Salvem Cala Mondragó".