El informe interno que se filtró a través de internet señalaba que parecía que la organización etarra no tenía intención de causar víctimas civiles en sus acciones terroristas, ya que las últimas explosiones se habían producido en cuarteles situados en zonas donde no había viviendas habitadas. Este era el caso del cuartel de Palmanova, que se encontraba en una zona sin casas próximas. Sin embargo, este informe no decía nada de la bomba que no explotó y que se colocó en otro coche de la Guardia Civil que estaba aparcado cerca del otro cuartel de Calvià y relativamente próximo a un edificio de viviendas.

También se referían los expertos a que tras el doble asesinato de Calvià, que todavía no está resuelto, los terroristas continuaron en Mallorca. De hecho, esperaron a que la seguridad se relajara para colocar varios explosivos, todos ellos de pequeña intensidad, en varios locales de la barriada del Molinar y de Palma. Por fortuna, aunque las bombas explotaron, ninguna causó víctimas mortales.