­El Servicio Ferroviario de Mallorca (SFM) arrastra en estos momentos una deuda económica de más de 500 millones de euros, es decir, unos 84.000 millones de pesetas, según explicó ayer el gerente de esta empresa pública, José Ramón Orta, en su comparecencia parlamentaria.

Orta explicó que la situación económica que padece la empresa es muy complicada, debido sobre todo a la deuda millonaria que está arrastrando. Solo a los bancos se les adeuda 344 millones de euros, cifra a la que hay que añadir los intereses que producen estos impagos.

A pesar de las deudas y de la falta de dinero, el gerente anunció ayer que la intención del Govern es apostar por el transporte público ferroviario, asumiendo que una parte de su coste debe ser asumido como pérdida por los ciudadanos. Orta afirmó que se está buscando una fórmula empresarial para conseguir reducir la deuda y que las soluciones que se están planteando pasan por transportar más viajeros en los trenes, mejorar la velocidad comercial de los vagones y recaudar más dinero. El gerente explicó que la empresa de transporte debe conseguir mejorar la velocidad de los trenes, para lograr que un pasajero tarde menos tiempo si viaja en este transporte público que si lo hace en un vehículo particular. Si este objetivo se consigue, señaló José Ramón Orta, habrá menos vehículos circulando por las carreteras, porque será más rentable si se viaja en tren que hacerlo en un coche.

Pero además de conseguir mayores ingresos económicos, según detalló Orta a los parlamentarios, la gestión también pasa por racionalizar los gastos. En concreto, se refirió al coste económico que supone para la empresa pública el pago de las nóminas de los trabajadores y señaló que la intención de la nueva dirección es reducir el número de horas extras de los empleados, que solo el año pasado ocasionó para la empresa un gasto de casi dos millones y medio de euros.

El gerente explicó también que la empresa tiene previsto electrificar la línea, para conseguir ir sustituyendo los vagones que están funcionando ahora con diesel. Aunque en estos momentos no hay dinero para nuevas mejoras, Orta señaló que se buscarán fondos como sea para conseguir que los trenes funcionen con electricidad, lo que se traducirá en un transporte más límpio, rápido y seguro. Aclaró que los vagones eléctricos que ya funcionan todavía no se han pagado, pero que existe el compromiso de la empresa de hacer frente a todas las deudas que arrastra el servicio público.