Aguiló se ha impuesto a sí mismo una misión a caballo entre lo imposible y lo temerario: el vicepresident quiere lograr que los bancos le den durante el año 2012 algo más de 1.500 millones de euros en créditos. ¿Muchos? Muchísimos. Lo nunca visto, en realidad. Lo corrobora la historia más reciente: el Govern fue el año pasado capaz de concertar nueva financiación con los bancos por valor de sólo 174 millones de euros (al tiempo que renovaban pólizas por valor de otros 50). Es decir, el vicepresident pretende convencer a los bancos a los que en ocho meses no ha convencido para que le den en este año de contracción financiera, recesión galopante e incertidumbre creciente en Grecia, Irlanda y Portugal diez veces más de lo que le dieron el año pasado.

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