­Cualquiera que se detuviera a mirar el BOIB de ayer podría pensar que el PP ha ido demasiado lejos con su intención de equiparar la presencia de la lengua castellana y la catalana. ¿Por qué? Por que incluía una resolución de la conselleria de Educación en la que varios apellidos aparecían traducidos literalmente del catalán al castellano. Nunca el boletín de la comunidad había sido tan divertido, como una versión institucional de El Mundo Today o una actualización a la mallorquina de aquel From Lost to the River (De perdidos al río), que recogía traducciones literales al inglés y del inglés de expresiones y nombres.

Si aquel libro nos descubría que Miguelito Campoviejo se escondía detrás de Mike Oldfield y que Juanito al Contado no era otro que Johnny Cash, el BOIB de ayer no se quedó a la zaga al transformar al nostro Miquel Àngel Gual en Miquel Angel Vado. ¿Y qué pasó con Margalida Colom Sabater? Sí, se lo pueden imaginar: por obra y gracia de algún traductor automático. A algunos les quedó un apellido muy botánico. Frutal. Es el caso de Miquel Àngel Cirer Oliver, rebautizado como Madroñal Olivo. A Onofre Sureda también le han hecho el cambiazo arbóreo al llamarle Onofre Alcornocal.

Tan curiosas interpretaciones aparecían en el listado de personas seleccionadas para asesorar y evaluar en un proceso de reconocimiento de competencias profesionales organizado por la conselleria de Educación. Algunos de los seleccionados seguramente tuvieron problemas para encontrarse en la lista, ya que no se les ha respetado ni el nombre de pila. Por ejemplo: Mateu Ferrer Serra, que aparece en el listado como Matad (¡!) Herrero Sierra. El traductor ha caído varias veces en la trampa Ferrer-Herrero. Igual pasa con Fuente y Pozo, usados como sinónimo del Pou de toda la vida. En esta línea y como era de esperar, el Fuster ha sido cambiado por Carpintero. Resulta llamativo entonces que Plomer haya sido traducido Penacho, y no como Fontanero... Otros, los de la familia Ros, ahora son Rubio, y los Alemany, Alemán. No se sabe muy bien por qué a los Molina ahora les llaman Batanea (¿?). Con algunos no hay fallo y cuando ves que pone Ahora entiendes que se apellida Ara, pero ¿cuál será el verdadero apellido de Joan Próximo? Ah, claro, Joan Vinent. Alguntas traducciones son realmente desafortunadas, como es el caso del que se llama Pons Mas y que en el BOIB aparece señalado como ´Pones Mas´.

Después de la polémica y las bromas sobre la castellanización de los topónimos (se habló de La Puebla, Casa de Picafuerte y Cuernosoplar, entre otros), el BOIB de ayer dejó ayer otra buena sarta de disparates, en este caso genealógicos. Lo dicho: nunca un boletín de la comunidad fue tan divertido.