Dieciséis millones de euros para reformar el yate
La crisis ha hecho desaparecer las grandes transformaciones de las embarcaciones de recreo para limitarse a su mantenimiento y reparación
f. Guijarro. Palma
Dieciséis millones de euros. Ese es el gasto que aceptó asumir en 2003 el propietario de un yate de motor de 52 metros para remozarlo de arriba abajo en los Astilleros de Mallorca. Esta actuación es una de las más recordadas en esta impresa isleña, no solo por el valor de la factura sino porque supuso conservar de una embarcación usada unicamente el casco para renovar todo su interior, desde los motores a la decoración.
Pero esta historia se remonta a los años buenos, según reconoce el director general de esta industria, Diego Colón de Carvajal, porque desde 2008 hasta ahora la actividad de sus instalaciones ha caído cerca de un 40%, fruto de una crisis económica que prácticamente ha hecho desaparecer las grandes reformas de embarcaciones como la antes señalada para centrar la actividad de los astilleros en el mantenimiento y las reparaciones, a la espera de tiempos mejores.
No se oculta que esta nueva etapa de bonanza se va a hacer esperar. Las estimaciones con que se trabaja es que el volumen de trabajo actual se va a mantener durante todo 2012 y 2013, y no será hasta 2014 cuando se ponga en marcha una ligera recuperación.
Y ello a pesar de que el trabajo de esta empresa no se sustenta en la clientela nacional, afortunadamente para su cuenta de resultados. "Si solo tuviéramos embarcaciones de bandera española, nuestra actividad sería ruinosa", reconoce el director general. Prueba de ello es que de los 26 yates con los que se trabaja en este momento, solo en uno ondean los colores rojo y amarillo.
Aproximadamente entre un 60% y un 70% de las embarcaciones que entran en los astilleros mallorquines son extracomunitarias, con una clara mayoría de banderas de conveniencia por cuestiones fiscales, como las de Islas Caimán, Islas Vírgenes, Bermudas o Bahamas, en muchos casos propiedad de empresas multinacionales. Las embarcaciones españolas suponen solo un 5%, mientras que el resto proceden de países comunitarios, siendo entre estas las de bandera británica las más comunes.
Esta multinacionalidad de la clientela es observada como un factor positivo, por cuanto los economistas han venido subrayando que los sectores que mejor se enfrentarán a la crisis económica son aquellos que dependen del consumo exterior, como las industrias exportadoras y las turísticas.
Durante muchos años, el principal cliente de esta compañía con sede en Palma ha sido la persona que optaba por comprar una embarcación se segunda mano para posteriormente remozarla. La ventaja frente a la adquisición de una nueva era doble: menor tiempo de espera a la hora de disfrutar de la nave y un coste más reducido.
La actividad desarrollada en estas instalaciones ha incluido grandes reformas de barcos, pero sin excentricidades. Un gran yate cuenta con elevados niveles de lujo y materiales de calidad, pero todavía no se han dado casos en los que alguien haya pedido griferías de oro, por poner un ejemplo.
Lea la noticia completa en la edición impresa
Adquiera el PDF de Diario de Mallorca
- El próximo puente festivo en Mallorca: cinco días seguidos de descanso que podrán disfrutarse en este mes de primavera
- Aviso de los promotores de Baleares: o cambia el modelo económico o se edificará en rústico
- Goiko abre un nuevo restaurante en Mallorca y regalará 100 hamburguesas
- El PP y Junts tumban en el Congreso la gratuidad del transporte público en Baleares
- Éste es el nuevo supermercado que abrirá Veritas este jueves en Mallorca
- Bienvenidu...': así es el galimatías lingüístico con el que te recibe el teléfono para pedir cita en la ITV de Mallorca
- Los médicos de Baleares plantean ir a la huelga contra la nueva ley de Sanidad: 'Nos quieren condenar a la esclavitud
- Nuevos currículos educativos en Baleares: más horas de Matemáticas y Lenguas y menos pantallas