­­El profesor de matemáticas del Instituto Enrique Nieto de Melilla, Ángel Requena Fraile, utiliza la poesía como recurso didáctico en sus clases. El experto disertó ayer en el Club sobre la feliz unión entre números y literatura.

—¿Por qué matemáticas y poesía conforman una pareja feliz?

—El encuentro de las matemáticas con la poesía es mucho más frecuente de lo que parece y cuando se produce este encuentro, forman un matrimonio bastante feliz porque presentan muchas más afinidades de las que se pueden apreciar en un simple vistazo.

—¿Cuáles son estas afinidades?

—A lo largo de la historia no ha habido separación hasta la época reciente. Normalmente un hombre culto tanto era buen conocedor de la ciencia y de la matemática de su época como estaba formado en literatura y poesía. A parte de las afinidades históricas, hay que tener en cuenta que ambas se encuentran en la imaginación, en la pasión, la belleza y tratan algo tan importante como el infinito.

—¿Hay desencuentros?

—A veces los poetas reniegan cuando hay un uso más opresivo de la matemática, cuando se pone al servicio de un poder económico. Esto también aparece en los poemas. El matrimonio es feliz pero también hay algún desencuentro.

—En la poesía hay matemáticas pero en los cálculos... ¿Dónde está la literatura?

—Un matemático muy importante del siglo XIX decía que un matemático que no es algo poeta probablemente nunca será un buen matemático. Sin pasión, imaginación y belleza no hay matemáticas.

—¿Qué destaca de esta unión?

—Quiero poner de manifiesto que tanto a lo largo de la historia como en la actualidad esta relación sigue siendo muy amplia. Todos los grandes poetas contemporáneos y los históricos se dedican a utilizar las matemáticas como metáfora. Y los matemáticos, la poesía para hacer más asequibles sus composiciones. Por ejemplo, en el siglo XII cuando Mallorca todavía era musulmana cualquier joven que quería estudiar álgebra, el primer paso era aprender el poema de Aljazair de álgebra, que era la introducción para el estudio de la ciencia. En el siglo XIII, los dos grandes líricos Ramon Llull y Anselm Turmeda eran matemáticos. Ambos son tan conocidos por ser poetas como por ser matemáticos. Hoy es normal que poetas contemporáneos hagan uso de las matemáticas en sus composiciones porque es muy útil para la metáfora. Por ejemplo, un poema de Alberti utilizando el álgebra: "x soy, x eres, x fuimos y somos de repente dos x juntas en el siglo XX". Utiliza la x, que es la incógnita del álgebra, para reflejar la incógnita del ser humano y la dificultad de estar en común. Este poeta utiliza un recurso matemático como recursos poético.

—¿Es frecuente que los poetas utilicen un recurso matemático en sus poemas?

—Sí, es bastante frecuente. Muchas veces se hace inconscientemente. También es bastante frecuente que determinados hombres de ciencia se comuniquen de vez en cuando con poemas.

—¿A qué se debe?

—La explicación es muy sencilla: las dos cosas expresan una parte importante del ser humano. El ser humano no se puede escindir de su parte lúdica. Sin la parte poética es muy difícil hacer ciencia y es muy difícil hacer poesía sin contemplar el mundo en el que se vive, que está lleno de ciencia.

—¿En sus clases utiliza la poesía para explicar las matemáticas?

—La utilizo muchas veces como recurso. Utilizo los manuales que usaban los griegos de problemas en verso para hacer más atractiva la resolución de un problema a mis alumnos. Se encuentran con que están resolviendo un problema planteado de forma poética hace dos mil años.

—¿Puede poner un ejemplo?

— "Dinos reloj sin igual, qué parte del día ha huido ya, si lo que queda es dos veces dos tercios de lo que pasó".

—¿La clase es más atractiva?

—En su época, no solo era más atractivo sino que en una época en la que el papel era caro y era más fácil de memorizar. Era un recurso didáctico importante. En la actualidad, hay que remarcar que todo lo que el profesor haga con gusto, lo hace contagioso.