Ángel Fernández

"A comienzos de los 90 cada municipio de Mallorca tenía su propio vertedero"

Al histórico gerente de Tirme le quedan días en el cargo. Tras el consejo de administración del próximo miércoles, "entregaré las llaves de mi despacho", asegura

I. Olaizola. Palma

Se va con pena aunque no tanto, porque se declara una persona inquieta a la que le gusta embarcarse en nuevas iniciativas. "Soy más de gestionar proyectos nuevos que encargarme del día a día", afirma. "Tirme ya está cerrado", confiesa mientras pone un simil comprensible a su salida de la empresa concesionaria del tratamiento de residuos de Mallorca: "He intentado que mis tres hijos dejasen el hogar paterno cuando cumplieran los veinte años. Yo llevo 21 años en Tirme y creo igualmente que ha llegado el momento de marcharme".

—¿Cuándo empezó a trabajar en Tirme?

—Aunque el concurso para tratar las basuras de Mallorca se adjudicó a Tirme en mayo de 1992, yo ya estaba en la empresa desde un año antes.

—¿A qué se dedicaba antes?

—Yo soy ingeniero de minas y dirigía unas minas que existían en Alaró y que Gesa cerró posteriormente. Como mi especialidad era la energía, la compañía eléctrica me ofreció meterme de basurero. Y acepté pese a que mis padres siempre me decían que si no estudiaba acabaría de basurero (risas). Era un tema muy nuevo que me ilusionó desde el primer momento.

—¿Qué se hacía con las basuras de la isla por aquel entonces?

—Antes se hacía lo que se denomina descarga salvaje. Solo había dos vertederos razonablemente construidos y gestionados, en Palma y en Calvià, que, con los criterios que se aplican ahora, no pasarían hoy ningún examen. Emaya también contaba con una pequeña incineradora. Y había vertederos incontrolados por toda la isla. No menos de cincuenta. Cada municipio tenía su propio vertedero... ubicado en suelo del pueblo vecino. Se hacía un turismo de basura. Pero eran otros tiempos en los que las personas que reciclaban y separaban sus residuos eran considerados unos esnobs.

—¿Y dónde estamos ahora?

—Ante un proyecto maduro y completo a nivel mundial, por eso he tomado la decisión de irme. Hemos pasado de infinidad de vertederos a un vertido cero. De tener un solo contenedor para la basura en la calle a todos los de materiales que hay ahora. No hay un solo residuo que no se aproveche, como material o produciendo energía al quemarlo, y una energía renovable que no deja huella de carbono. Todo ha ido muy rápido en estos veinte años. Somos la única región de España e incluso, si me apuras, de Europa, con un vertido cero.

—El problema que todavía persiste es el de los residuos de la construcción... (cuando se construyeron los dos nuevos hornos de incineración se preveía que entraran cien mil toneladas anuales de estos residuos y sólo están entrando veinte mil)

—Sí, es un problema para el sistema y está motivado por intereses económicos, porque resulta más barato tirarlos al campo para que luego paguemos su eliminación entre todos. No hay un reproche social significativo contra esta forma de actuar. De la misma manera que las denuncias presentadas por estos vertidos no han tenido respuesta. Sí, estas cien mil toneladas no llegan y eso afecta al coste del tratamiento de los residuos urbanos.

—¿No se ha plegado Tirme a una congelación de la tarifa a cambio de que el Consell asuma el cobro del tratamiento a los ayuntamientos (los municipios adeudan a la empresa 90 millones de euros)

—Esto es una normalización de una situación irregular, porque se estaba incumpliendo el plan director de residuos que estipula que todos los ciudadanos han de pagar lo mismo por el tratamiento de sus basuras. Y no era así porque, pese a que todos los ayuntamientos pagan lo mismo por tonelada, no es repercutido de igual manera en todos los municipios. Si esto sigue adelante, a partir de enero de 2013 habrá 2 recibos, uno del Consell por el tratamiento y otro del ayuntamiento por la recogida. Para Tirme que esto prospere también implica más garantía de cobro.

—¿Por qué deja Tirme ahora?

— Porque soy más de gestionar proyectos nuevos que encargarme del día a día. He intentado que mis tres hijos dejasen el hogar paterno cuando cumplieran los veinte años. Yo llevo 21 años en Tirme y creo igualmente que ha llegado el momento de marcharme. Tirme ya está cerrado. Tenía la sensación de que era más de lo mismo todos los días.

—¿Qué va a hacer ahora?

—Por respeto a mi empresa sólo te puedo revelar lo que ya es público. Voy a presidir la Asociación Empresarial de Valorización de Residuos Sólidos Urbanos (AEVERSU) que agrupa a 11 plantas incineradoras españolas y ejerceré la vicepresidencia de la Confederación Europea de plantas de Recuperación Energética de Residuos (CEWEP).

—¿No se va a jubilar?

—No. Ahora tengo 58 años y por mi actividad minera anterior podría jubilarme en 2014, pero no lo haré.

—¿Quién le sustituirá?

—Pedro Barceló, que ha sido mi director financiero durante 16 años. Será un revelo continuista.

—¿No ha habido guerra entre los accionistas para colocar a su candidato? (Tirme está participada por Endesa, Iberdrola, Dragados y FCC)

—No, no ha sido así. Al accionista solo le interesa que esto funcione.

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