Con abrigo, bufanda, guantes e, incluso, con mantas. Así de ataviados asisten los alumnos del Instituto Ramon Llull a sus clases. Los recortes ya afectan a la calefacción y tienen que apañárselas para combatir el frío. De hecho, ya han bautizado a algunas aulas, las más gélidas del edificio, como las "aulas siberianas". Los estudiantes alertan que tras los recortes de la calefacción, llegarán las interrupciones de luz y agua porque ya hay facturas sin abonar, afirmó uno de los portavoces de los estudiantes, Joan Mateu Horrach.

Ante tal panorama, los alumnos del Ramon Llull decidieron ayer emprender la primera medida de protesta. Así, aprovecharon las horas entre el primer patio y el segundo para concentrarse en la conocida plaza del tubo durante estas dos horas y media. Alumnos mayoritariamente de Bachillerato y, algunos también de cuarto de ESO, lucieron pancartas reclamando "menos recortes, más educación". Otros de sus lemas fueron: "No somos un gasto, somos el futuro" o "con el humo de los coches, al menos nos calentamos".

Concentrados había unos 130 alumnos, mientras que otros 70 contemplaba a sus compañeros que coreaban los típicos lemas de las manifestaciones. Así una vez más se escuchó el "no nos mires, únete". Eso sí, salieron a la calle con un complemento que para ellos ya es habitual para ir al instituto: las mantas.

"En clase tenemos las manos heladas y no podemos escribir", lamentó Patricia Correa, quien reconoció que nunca se pensaba que llegarían a estos extremos. Marta Juan, de cuarto de ESO, explicó que acuden a las clases con abrigo, guantes, bufandas y mantas y, aún, "nos morimos de frío". "No podemos continuar así", añadió, mientras que su compañera Lucía Mijoler envió un mensaje a los responsables políticos: "Si quieren que estudiemos, que nos pongan los servicios mínimos".

Los estudiantes explicaron que el instituto está en números rojos ya que tiene una deuda con el banco de unos 11.000 euros mientras que la Conselleria les debe unos 40.000 euros. "Ahora estamos sin calefacción, lo próximo será la luz", remarcaron. Horrach aseguró que sin proyectores, ordenadores... el rendimiento del instituto bajará. "Sin luz y sin calefacción ya nos sentiríamos como en un país tercermundista", lamentaron los alumnos. También advirtieron de que están a punto de quedarse sin fotocopiadoras y a la hora de hacer los exámenes ya deben aportar ellos mismos los propios folios para escribir.

Presupuesto

El director del centro, Emili Gené, calificó de "lógica" la reacción de los alumnos del Ramon Llull, un instituto que este año tendrá un presupuesto de 75.000 euros, 25.000 menos que el curso anterior. Gené admitió que no sabe cómo afrontarán este recorte.

El Ramon Llull no es el único que se encuentra sin calefacción. Su vecino Joan Alcover está igual. La de ayer fue una protesta en solitario, la próxima será de los dos centros. Luego intentarán aglutinar al resto de institutos de la isla.