Un parque natural "enredado"

Submarinistas que frecuentan los fondos marinos de sa Dragonera denuncian la existencia de redes enganchadas que siguen atrapando especies y afean el entorno

I. Olaizola. Palma

Submarinistas aficionados que acostumbran a hacer inmersiones en los alrededores del Parc Natural de sa Dragonera han denunciado a este diario la presencia en sus fondos marinos de redes de pesca enganchadas en rocas que todavía siguen atrapando especies de todo tipo y que, al mismo tiempo, afean unos paisajes submarinos de una riqueza y biodiversidad increíbles que cada año son visitados por cientos de aficionados a este deporte náutico.

"En sa Dragonera tan sólo se aplica una política de parque natural, no de reserva, por lo que las escasas restricciones que se imponen a la pesca, tanto profesional como deportiva, ni son suficientes ni, en la mayoría de los casos, se cumplen", explica uno de los submarinistas que han denunciado la presencia de estas redes y que prefiere mantener el anonimato.

"En el litoral de la isla se practica mucha pesca submarina con fusil, deportiva con líneas e incluso profesional con trasmallo. En los fondos encontramos artes enrocadas que siguen atrapando y asfixiando especies marinas. Yo en persona no lo he visto, pero me han referido que se han llegado a encontrar hasta una tortuga atrapada en estas redes", denuncia este aficionado.

Y no sólo se trata de las redes, algunas de las cuales flotan desde las rocas en las que están enganchadas hasta profundidades más superficiales llegando a capturar accidentalmente a aves marinas como los corb marí (cormoranes), sino también de líneas de pesca de los aficionados recreativos que están llenando de "plomo" los fondos de una "auténtica joya submarina", como califican estos aficionados a este paraje del litoral mallorquín.

Los submarinistas que han facilitado las fotos submarinas de las artes encalladas reclaman para el litoral más próximo a sa Dragonera una protección similar a la que en la actualidad disponen los islotes de las Malgrats o El Toro, donde la pesca está totalmente prohibida.

Antoni Muñoz, responsable del área de conservación del Gob, suscribe estas reivindicaciones y asegura que es "imprescindible y de sentido común" proteger también el ecosistema litoral de sa Dragonera, íntimamente ligado con su parte terrestre, recalca este ecologista. "Lo que no puede ser es que se prohíba pescar con caña desde la isla y se permita hacerlo desde una barca fondeada a pocos metros de ella", abunda.

Por su parte, Antoni Garau, secretario general de la federación de cofradías de pesca, admitió que estas redes de artes tradicionales pueden engancharse en los fondos marinos, pero recalcó que es algo que no gusta al profesional, sobre todo por la pérdida económica que supone –un tomo de trasmallo puede costar hasta 30.000 euros–, y que su obligación cuando se produce un enganche así pasa por avisar a las autoridades dándoles las coordenadas precisas del lugar en el que se ha producido para que intenten recuperar la red.

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