Josep Lliteres, el antiguo líder vecinal y dirigente de UM, defendió ayer su trabajo, entre 2003 y 2007, en la dirección insular de Relaciones Institucionales del Consell de Mallorca en favor de la integración de colectivos de inmigrantes de origen sudamericano. Lliteres, imputado en la pieza separada 13del caso Voltor por presunto desvío de fondos públicos, negó que contratados del Consell a sus órdenes no trabajaran para dicha institución y sí en la captación de votantes para UM.

Lliteres, defendido por Mateo Sedano, explicó a la juez Carmen Abrines y al fiscal anticorrupción Miguel Ángel Subirán las claves de su proyecto sobre los colectivos de inmigrantes: acercarles a la realidad insular y fomentar el asociacionismo entre ellos.

Sin embargo, anticorrupción sospecha que Lliteres se valió de fondos públicos para que residentes sudamericanos en la isla votaran a su partido.

Según el encausado, como en su dirección insular no había personal suficiente para esa campaña, pidió refuerzos a Eugenia Cañellas, la secretaria general técnica de la conselleria de Miquel Nadal.

Lliteres aseguró desconocer cómo se contrató a sus colaboradores, que oficialmente aparecían adscritos a otros programas y organismos del Consell.

Uno de estos contratados ha declarado que su tarea era hacer encuestas diariamente en unos impresos que recogía, y luego devolvía rellenos, en la sede de UM. Lliteres dijo que eso no era cierto y negó haber ordenado sondeo alguno al presunto agente electoral.

En la pieza separada 13 del caso Voltor están imputados, además de Rodríguez, Lliteres y otros, los exdirigentes de UM María Antònia Munar, Miquel Nadal, Miquel Àngel Flaquer y Francesc Buils.